jueves, 8 de noviembre de 2012

2012 - Parte V El Principio de Sincronicidad bajo el cálculo

Un punto negro se desprendió del borde y cruzó ante el disco solar anaranjado que descendía sobre el Pacífico. A las 5 horas y 32 minutos de la límpida tarde del 5 de Junio de 2012 Venus inició su esperado tránsito. En órbita alrededor de la Tierra y en los observatorios astronómicos de varios continentes, los telescopios apuntaron sus cámaras al suceso previsto en el Códice maya de Dresde y por los cálculos modernos de todo el mundo. La mecánica inherente a las órbitas de la Tierra y Venus alrededor del Sol era la causa de éste y del primer tránsito que ocurrió el 4 de Junio de 2004, los únicos del siglo XXI. El evento, siempre par, evocando al lucero del amanecer y del atardecer, con sus períodos de afelio y perihelio, o los días que pasa bajo y sobre el horizonte, no se repetirá hasta el 11 de Diciembre del 2117.

Por algo más de una hora, cientos de millones de seres humanos miraron en los cielos de Hong Kong, Seúl, Sydney, California, Los Ángeles, Berlín, Viena, Beirut, Amman, Katmandú, Moscú, Beijing o Singapur, la conjunción del Arte y la Belleza con la Vida y el Poder solar…

En la costa nor-occidental de Sudamérica, el ruido de las olas que rompían en la playa de Ma-na-ba, “Tierra-de-Hombres” que llegaron por las Grandes Aguas adorando a Om mani (Umiña) entre la Bahía de los Kara y Real Alto rehaciendo una y otra vez durante seis mil años sus Venus de terracota (Estrada, Meggers y Evans, 1956), no apagaba el entusiasmo de los trece peregrinos que entre turistas y vendedores ambulantes miraban a través de viejas radiografías y binoculares con los lentes impregnados por el hollín de unas velas, la brillante manifestación de Quetzalcoatl en el Paralelo O°, sobre el Meridiano 80°, en la misma región donde hace miles de años desapareció Wiracocha en su regreso de la iridiscencia del Spondylus a las Aguas del Pacífico en la Tierra, reflejo de la Vía Láctea, Aguas Celestes de su origen.

A lo lejos Montecristi, apareció vibrando a través de la reverberante atmósfera que lo separaba del puerto de Manta, con la aguja blanca de su catedral insinuada tras la mancha verde-azul de la única montaña. Cerca de la cima, dos monasterios consagrados al retiro permitían ver a la vez el mar y la extensa planicie irregularmente poblada por ceibas que cubiertas de un verde dorado durante los pocos meses lluviosos, empezaban a secarse por la entrada del verano. Una acacia coronada de nidos, inmensa y con un grueso tronco que evocaba inverosímiles formas humanas, ocupaba el centro del patio frente a la pequeña capilla de la casa de retiro, donde la hermana Francisca, sonriendo, nos prometía el cumplimiento de los tres deseos que cada peregrino pidiera al Divino Cáliz, anunciado por el resplandor de la Salamandra junto a una rama de acacia.

Un perro saludó con zalemas al corro de niños de las escuelas oblatas que jugaban entre los árboles de ramas extendidas hasta un muro de piedra iluminado con buganvillas de tonos encarnados y amarillos. Al otro lado de la montaña, en Ciudad Alfaro, un tren había encallado, volando desde el siglo XX hasta la planicie estrecha y deshabitada, cerrada en un extremo por el museo consagrado a Alfaro, abierto a los escasos visitantes.

Cuando K’inich se hundió bajo el Océano, volvieron los peregrinos de su encuentro con los cielos. Esa noche, al resplandor del Plenilunio de Géminis, con el Sol en la Constelación de Tauro y la Luna en exacta conjunción con Plutón, al borde de la Vía Láctea, sus amigos en el Golfo de Guayaquil recordaron junto a algunos Lamas que desde hacía varios años transmitían el Dharma en un retorno de la Sublime Tradición hasta las tierras del Centro del Mundo, el nacimiento, iluminación y Paranirvana de Buda.

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“Cuando haya muerto, os recomiendo abrirme. Se dejará mi corazón en Quito, en testimonio del amor particular que tengo a esta ciudad. Se pondrá mi cuerpo en Cuzco, entre mis ancestros. En cuanto a mi cráneo, será llevado a Manta, en homenaje a la Diosa Verde”… era lo que Gerónimo Osculati escuchó en Quito, Ecuador, cuando Don Procopio Hurtado de Mendoza, último descendiente de los señores incas, recordando el testamento que Huayna Cápac trazó en su báculo, le permitió ver por un instante la gran Om jña que, incrustada en la joya de oro, “guardaba el alma de la diosa verde”.

En la misma forma en que al inicio del tiempo Tunapa Wiracocha transmitió su instrucción a Aputampo -según el cronista indio Santa Cruz Pachacutic- a través de “un largo bastón o especie de cayado dibujado con rayas de diversos colores…donde estaban los razonamientos que les predicaba”, Huayna Cápac el Joven Poderoso, consignó su voluntad ante el Vajrayoc, El-anciano- que-escucha, quien la grabó en su bordón, como lo confirman los cronistas Pedro Sarmiento de Gamboa y Cabello Balboa (Indagaciones Peruanas, El legado Quechua.p.142. Raúl Porras). Este eje vertical señalaba a la vez autoridad y conocimiento.

Un quipu, como los vistos hacia 1544 por Zárate, Cieza de León o el Inca Garcilaso, un relato oral y el relicario que incluía la esmeralda tallada en forma de copa pentagonal, completaban la tríada de transmisión de la enseñanza de Om Mani, la Piedra Verde, uno de los fundamentos secretos del poder de este Imperio consagrado al Sol y teofanía de su disco resplandeciente que desciende sobre un cáliz de oro.

La historia fue encontrada el 1 de Octubre de 1847, en la selva, escrita en un papel amarillento, dentro de una botella colgada al cuello de lo que quedaba de Osculati y cuatro acompañantes decapitados y parcialmente devorados por las hormigas en un afluente del Amazonas, al Sudeste de Iquitos. Publicada en 1856 en el semanario L’lustration (1843 - 1944) y recogida en el número 257 de la Revista Atlantis (Mai-Juin 1970. L’Amérique Precolombienne. Quelques aspects peu connus) la referimos, con unos pocos cambios, como la presenta Patrick Riviére, su autor original, en Le Graal: Histoire et symboles.

Umiña es la misma esmeralda que al inicio del mundo cae (lapsit exillis, lapsit ex coelis) de la frente de Lux-Ferre, el Portador de la Luz expulsado del Edén, y la dos son representaciones del Graal…

O Toi, le plus savant et le plus beu des Anges,
Dieu trahi par le sort et privé de louanges,…
…Toi que sais tout, grand roi des choses souterraines…
…Toi don’t l’oeil clair connait les profonds arsenaux
Ou dort enseveli le pleuple des métaux,…
Fais que mon ame un jour, sous l’Arbre de Science,
Pres de toi se repose, a l’heure ou sur son front
Comme un Temple nouveau ses rameaux s’epandront!
(Ch. Baudelaire)

La Piedra, brotando del verso 3.200 de Li Conte Du Graal (Chrethien de Troyes, s. XII) fue llevada, señala Riviére, por los Templarios hasta la Catedral de Génova, alrededor del siglo XIII.

En su peregrinaje por el mundo esta joya (Sánsc.: Maní) pasó por el Mediodía francés. Cruzó el Languedoc, Toledo y Sevilla, alcanzó Finisterre y enfilando sobre el estrecho, llegó a la Isla Verde, en medio del Mar de la Blancura. Reservada en Glastonbury, volvía al País de los Vientos, Amerrikua, donde miles de años antes fue conocida en Manta, Ecuador.

Su culto se extendía hacia el norte, por las costas del Mar del Sur, según relató el clérigo y cronista Miguel Cabello Balboa, en 1583, en su Verdadera descripción y relación larga de la Provincia y Tierra de las Esmeraldas, contenida desde el cabo comúnmente llamado Pasao hasta la Bahía de la Buena Ventura. Su poder curativo era buscado por los habitantes de América, desde el norte del actual Perú hasta el Istmo de Panamá (Pedro Cieza de León).
Cerca de 1525 el Undécimo Emperador, consagrado al rayo (Illapa), gobernaba el Incario desde su palacio en la actual Plaza de San Francisco de Quito, centro ceremonial y corazón del mundo Inca, construido entre la antigua quebrada de Jerusalén o Ullaguangayacu, Corriente-del-ave-rapaz, al sur y la de Manosalvas-Pilishuaico al norte, que bajaban del Volcán Pichincha, uniéndose al oriente en otra más (Machángara), donde terminaba el Capacñán (camino del Inca) que llegaba del Cuzco. La base de este triángulo y la Huaca más sagrada del imperio señalaban al Polo, en la meseta donde entre Tambos, Pucarás y Collcas, se cruzaban los caminos de los cuatro lados del mundo.

Como en Cuenca, junto al nudo del Cajas, entre los ríos Huatana y Tomebamba que se unen en el Yanuncay, el conjunto de una montaña y dos corrientes de agua, evocaba al Cuzco, con Sacsayhuaman en la Cordillera, cerrando el triángulo formado por los Ríos Tullumayo y Huatanay unidos en el Chunchul (I. del Pino, en La Ciudad Inca de Quito).

Illapa Huayna Cápac y sus amautas entregaron el Quipu a Huáscar, el Inca XII. Atahuallpa, Décimotercero y último Emperador, que recibió el relicario con la Piedra Verde, es decir, el cuerpo principal de la Enseñanza que revelaba el misterio de los nudos usados en Perú con la misma eficacia que los inventados por Fo Hi cuatro mil años atrás en China, para registrar la realidad siguiendo un sistema decimal, por medio de cordeles cuyos colores exhibían cualidades. Algunos investigadores como W. Burns Glynn, cuestionados por la ortodoxia, vieron en ellos una forma de escritura que asociaría diez tipos de nudos a diez sonidos consonantes llaves, presentes en los tocapus que a veces se encontraban cubriendo momias y en tumbas ocultas en las breñas de los Andes.

La imposibilidad de reunir la esmeralda, el quipu y el relato oral, en una transmisión armónica anunciaron el final del Imperio, anticipado en el sueño donde Wiracocha Inca (1400-1438), Octavo Señor del Linaje, veía retornar a Ticci Wiracocha entre la bruma marina del Contisuyo, cruzando la enorme entrada de agua más allá de Chan Chan, la Ciudad de las Serpientes fundada por Votan.

El Quipu y la Joya pasaron por varias manos hasta llegar a Osculati, quien los vendió en Caxamarca, dejando apenas un recuerdo de ellos en la breve nota que escribió de prisa antes de su estremecedor final: “….vivo mis últimos minutos……”.

En algún lugar entre los afluentes del río Marañón, su cabeza reducida por los arutam ya no volvería a contemplar la paz henchida de vida que brota en cada centímetro de selva.

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-Cuatro horas antes del tránsito de Venus llegaron los peregrinos al Paralelo O°, descendiendo de los Andes para tocar las aguas del Océano que acogía al sol, en el primer evento del Año del Retorno…

En un tiempo fractal de otros eones y significados, nacía en todas partes la colectividad del Quinto Sol prevista en la profética de antiguos pueblos. Veinte y cinco años atrás uno de los trece peregrinos inició aquí su marcha hacia el Paralelo 30° y sin saberlo, recorrió una ruta inversa a la de Wiracocha cuando dejó Tiahuanaco para llegar hasta el paralelo O°, donde el Inti “se sienta derecho” (Inca Garcilaso).


“Cada cosa a su tiempo y cada tiempo a su cosa…”

¿Qué significaba este doble tránsito celeste? Los astrónomos del siglo XIX lo usaron para determinar la distancia de la Tierra al Sol; ahora permite estudiar la curiosa atmósfera venusina de ácido sulfúrico, con vientos de 300 km/h, visible como un halo brillante contra los remolinos móviles y amarillos de la masa coronal.

Fueron estos fenómenos, minuciosamente registrados a lo largo de los siglos, los que permitieron a pueblos muy arcaicos proponer significados para un tiempo futuro, dando fundamento astronómico a una ciencia profética basada en la periodicidad de la mecánica celeste, cuya comprensión era el primer grado en el estudio de la realidad que sacerdotes y astrónomos veían. Para ellos, estos eventos tenían el mismo sentido que los peregrinos percibían cada vez más claramente, mientras se acercaba el año 2012, hacia el que apuntaban desde los calendarios hebreo y chino, hasta a las afirmaciones del libro de Daniel y la Revelación de Juan.

Aunque Venus nunca cubre al Sol, sus tránsitos son eclipses y forman parte del conjunto de fenómenos estelares observados desde la antigüedad con fines predictivos, como el eclipse total de sol que ocurrirá el 13 de Noviembre de 2012 a lo largo del Pacífico Sur.

Iniciándose en la costa oriental de Australia, será visible parcialmente en el ocaso del 13 de Noviembre en el archipiélago Juan Fernández, entre los paralelos 32° y 33° Sur y los meridianos 78° y 81° Oeste.

A causa de su carácter cíclico, en la repetición de estos eventos se leían datos no solamente astronómicos, desde el primero del que se tiene un registro escrito hace unos cuatro mil años, en China. Un eclipse ocurrido días después de la muerte de Julio César fue considerado como señal de su “divinidad” y Roma acuñó una moneda en su recuerdo. Otro, registrado en 1517 por los tlatoani (astrónomos) de Moctezuma II, previno sobre los sucesos que estaban por abatirse sobre los aztecas, poco antes de la llegada de los españoles hacia 1519 (Crónica de Durán,1570).

En Babilonia, los herederos de la ciencia caldea (Chaldain, ancianos del conocimiento) a cuya estirpe pertenecían los Reyes magos, estudiaron y aplicaron el conocimiento de los Saros o “repeticiones” de eclipses solares totales, parciales y anulares. Agrupados en series, los esperaban como fenómenos celestes ligados al retorno de significados precisos que se manifestarían como fenómenos naturales o sociales, más allá de la ingenuidad occidental de suponer que estos sabios vivían temerosos de algún mal presagio que vaticinaban.

Si hubo alguna “predicción” con respecto al nacimiento de Jesús, o de lo que esta idea tradicional representara en la Torah, particularmente entre los Esenios cuyas comunidades florecían alrededor del Mar Muerto esperando no algún guerrero libertador sino a dos Mesías (el de Aaron y el de Israel…) y un Profeta mesiánico, con toda probabilidad se fundamentó en este tipo de estudio. De hecho, la excelente página Asteromia.com nos ofrece la imagen de un eclipse visible en la región de Palestina, sobre Jerusalén, el 24 de Noviembre del año 29 de Nuestra Era, con el Sol cercano al Centro de la Galaxia, al inicio de la Constelación de Sagitario, en correspondencia con Juan Aschai de la comunidad Esenia, en el área de los cielos donde ahora se investiga.

De acuerdo con la hagiografía expuesta en los Evangelios, en ese tiempo Jesús daba inicio a su actividad pública, es decir, la Misión de la Era de Piscis se manifestó en Caná (Juan 2, 2-10), donde el Cristo transmutó en sabiduría (Yain hebreo, vino y conocimiento a la vez) la enseñanza literal (agua, maim) que reunía las polaridades (boda), bajo la petición de su madre (organización, futura iglesia) cuando el Punto Vernal abandonaba el primer grado de la constelación de Aries, por el movimiento de retrogradación equinoccial, para cruzar frente al grado 30° de la constelación de Piscis, a cuyo simbolismo aluden continuamente los textos del Nuevo Testamento: multiplicación de peces, discípulos pescadores, prédica alrededor del mar de Galilea, etc. Respetando la Tradición Iniciática “…No he venido a abrogar la ley, sino a cumplirla…” (Mateo 5, 17) nacía otra visión religiosa con lo que el Islam, siete siglos más tarde, denominará Shariat, una ley: “Un nuevo mandamiento os doy…” (Juan 13, 4), que adaptando al nuevo tiempo y lugar la tradición crística y el Decálogo de Aries que un Moisés imaginado con cuernos de morueco había traído desde el Sinaí, ratificaba la relación de amor que Dios había exigido a su pueblo (A. Néher) al enviarlos al desierto “Amarás al Señor tu Dios” (Éxodo 20, 2), al final de la Era de Tauro.

Los eclipses sáricos implican la repetición de las mismas posiciones de la Tierra y la Luna con respecto al Sol, cada 223 meses o períodos sinódicos lunares (los días que separan una luna nueva de la siguiente) es decir en intervalos de 6.585,32 días, más o menos cada 18 años. Las series comienzan cerca del Polo Norte y los eclipses se repiten a lo largo de 600 o 1.200 años, en latitudes que avanzan hacia el Polo Sur. La descripción de algunos saros no es sólo la de un fenómeno astronómico y se asocia a un evento mítico que se muestra en la historia como el ascenso o el fin de una dinastía, el cambio del sentido de una época o la modificación del comportamiento de un pueblo en determinado período de la historia. En Palenque, el del año 701 correspondió al final del reinado de Chan Balum, en otros pueblos anunciaban la llegada de un héroe civilizador.

Se conoce el dominio que los mayas tenían de esta ciencia de los ciclos celestes que en América Central era ya una larga tradición conocida por los Olmecas. Heredada por los Toltecas, la transmitieron a Mayas y Aztecas, quienes registraron en piedra sus observaciones de las posiciones de Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, a las que consagraron templos y edificaciones rituales, como el castillo de Chichen Itza.

Ya desde el Neolítico superior ( 8.000 a. C.) se observan rastros de estos procedimientos en toda América del Norte, en forma de Healing wheels, unos dos millones de círculos de diversos diámetros, construidos con piedras cuidadosamente orientadas para localizar, por medio de una astronomía que observa accidentes orográficos y señales marcadas en construcciones elaboradas ex profeso, los puntos del horizonte por donde sale y se oculta el sol durante los solsticios y equinoccios, la salida helíaca de Sirio, las Pléyades o Venus. Desde hace más de un siglo arqueólogos y astrónomos occidentales sustentan sus estudios de Arqueoastronomía con estos hechos.

- Pero la observación de los ciclos celestes y terrestres no es solamente un dato del pasado, de hecho, se mantiene hasta la actualidad. Así, miles de budistas reunidos en Dharamshala (Noroccidente de la India) recibieron desde el 1 de Enero de 2012 la primera de las cinco partes en la Iniciación al Tantra del Kalachakra, transmitida por S.S.Tenzin Gyatzo, Dalai Lama XIV, como único recurso para preservar esta enseñanza que viene de la alta antigüedad.

Instrucción fundamental del Vajrayana acerca de la Rueda (Chakra) del Tiempo (Kala), fue expuesta por Siddhartha Gautama (s. –VI) en Andhra Pradesh, al sudeste de la India, mientras en el Pico del Buitre, simultáneamente, abría para una asamblea de sabios la enseñanza del Prajnaparamita. Este Tantra se consagra a la comprensión del significado de la unidad de todos los ciclos, desde aquellos de los planetas en el Macrocosmos, cuyo movimiento fundamenta el calendario tibetano, a los de la respiración en el Microcosmos, con la finalidad de que “todos los seres sensibles” logren la liberación (Moksha) al realizar el estado Búdico (Despertamiento), en otro ejemplo de que ningún cómputo del tiempo fue acordado para sobrevivir apenas, regulando siembras y cosechas.

Todos los calendarios tienen una finalidad sagrada: dar sentido a la sucesión de instantes, horas, días o meses. Marcan los años y buscan unir la vida humana a la vida cósmica…dando significado a procedimientos que deben ser ordenados observando el tiempo; de ahí la salomónica instrucción del Qohelet (Eclesiastés 3, 1 a 8) “Cada cosa a su tiempo y cada tiempo a su cosa”, que siempre fue cuidadosamente respetada.


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¿Cómo encontrar el sentido del tiempo futuro, o de una época?

En China, India o el Tíbet, así como en el medioevo europeo, en el imperio Inca o entre los Mayas, fue la Astrología, una de las Ciencias Tradicionales que no sólo consideran lo cuantitativo de los fenómenos sino sus cualidades y significados, la que estudió el movimiento de las estrellas dotando de sentido al discurrir del tiempo, junto a la Magia, la Alquimia o la Arqueometría.

La ignorancia moderna acerca de estos temas solo ha visto superstición en esta ciencia que “estuvo en boga en la Edad Media con Paracelso; luego con Kepler. Fue refutada por los racionalistas así como la Alquimia y las otras doctrinas ocultas. Sin embargo, no obstante todos los obstáculos, encontró nuevos adeptos ilustres en Napoleón y Goethe, para no citar más que a ellos. La opinión corriente es que ya no se cuenta con adherentes serios. El público en general no conoce más que la superficie de las cosas e ignora muy a menudo que, además del montón de charlatanes presuntuosos, hay buscadores serios que trabajan en silencio. No se trata aquí de hacer la apología de la Ciencia de los Astros, pero es necesario que el profano tenga una idea más exacta y clara de lo que generalmente se clasifica en el ocultismo” señala SRF en su obra La Venida del Gran Instructor del Mundo (1947).

Más adelante, en Misticismo en el Siglo XX (1950) atribuye a esta misma Ciencia Tradicional, la capacidad de dar a conocer la historia de la humanidad en su proceso evolutivo, cosa que no tiene nada en común con la horoscopía.

Se trata aquí de la Astrología Religiosa, ejemplificada por los Magos, adoradores de Jesús (que personificaban la Astrología, la Magia y la Ciencias Ocultas). Además debemos citar algunos astrólogos como Aristóteles, Galeno, Plutarco, Pitágoras, Tycho Brahe, Kepler, Santo Tomás de Aquino, Robert Fludd, o acudir a nombres que aclaran mejor la seriedad de la Astrología, ya que sus representantes pertenecen al mundo religioso, como el Abate de Sigonce, bibliotecario del Cardenal Richelieu, quien se consagró a ella…”. Transcribe a continuación una larga lista de obispos y cardenales junto a San Malaquías y Alberto Magno, uno de los fundadores de la Sorbona, maestro de Tomás de Aquino – a la vez filósofo, alquimista, astrólogo…- y los dominicos del Renacimiento Savonarola y Campanella, los franciscanos R. Lulio y R. Bacon, el benedictino Trytheme, los jesuitas Kircher y Postel… Y continúa:

“Propiamente desde el punto de vista de lo individual la astrología no incluye en absoluto ningún determinismo; nos indica solamente los esfuerzos indispensables para nuestra evolución y aquella parte del libre albedrío que se nos concede, a fin de poder verificar nuestra energía y dirigirla mediante el conocimiento tanto de los períodos favorables, como de nuestras capacidades y posibilidades…” Para concluir afirmando que “Dios es Omnipresente y esto nos obliga a estudiar Su Presencia, tanto en lo infinitamente grande, como en lo infinitamente pequeño. El cielo es un gran libro, abierto por el amor de Dios a la inteligencia del hombre”…

Ahora bien, para la comprensión de los sucesos astronómicos que se viven a lo largo del año 2012 es indispensable el punto de vista sintético de las Ciencias Tradicionales, sin el cual los datos resultan en una información incompleta y quedan expuestos a interpretaciones fantasiosas sobre eventos cuyos principios permanecen ignorados para el hombre común, incluidos quienes cultivan las “ciencias occidentales”.


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Para muchos investigadores modernos que ofrecen sus páginas en la web, la antigua Astrología ha evolucionado a la actual Cosmobiología, una ciencia verdaderamente multidisciplinaria cuya estructura fue definida por D. Ferriz, en su Teoría Científica (1975), calificándola como “biocibernética cósmica”.

Dotada de un sólido fundamento matemático, localiza a través de trigonometría esférica (Ciencias de Base) las posiciones de estrellas “fijas”, planetas, el Sol y la Luna, sobre los planos eclíptico (camino recorrido aparentemente por el Sol y todos los planetas, sobre las 13 constelaciones zodiacales) y ecuatorial (proyección al cosmos de la Línea Equinoccial terrestre) de la esfera celeste, referidas al espacio (longitud y latitud geográficas) y tiempo (fecha, hora) precisos en los que se desarrollan u ocurrirán los fenómenos sociales, individuales o colectivos, cuyas sincronías se investigan.

La Cosmobiología incorpora así los datos astronómicos y astrofísicos (Ciencias de Aporte) obtenidos con exactitud a través de métodos informáticos que también calculan los ángulos de incidencia (Casas) de los doce sectores en los que divide a la esfera celeste, sobre las coordenadas exactas y en el mismo segundo en el que ocurre un evento, a través del Sistema Topocéntrico creado por el matemático húngaro Wendel Polich (1892-1979) con la ayuda de Nelson Page.

Este “estado de los cielos” -que expresa una ley- es sincrónico con los eventos que en la Tierra, en un sitio y momento definidos, se manifiestan como sucesión de hechos físicos, psicológicos, sociales, expresiones de la misma ley que se “materializa” en las posiciones estelares.

Se establecen así dos esquemas de los cielos, uno que tiene como base las proyecciones de los planetas en la eclíptica (Radix eclíptico) y el otro en el plano ecuatorial (Radix ascensional), donde se estudian respectivamente los factores predisponentes y desencadenantes de los sucesos.

Aunque se elaboran con un número limitado de elementos, no existen dos esquemas idénticos, pues todo se encuentra en movimiento.

La Cosmobiología no considera una relación causal entre los cuerpos celestes y los fenómenos que se dan sobre la Tierra, que, por otro lado y desde el punto de vista de la mecánica clásica, aparentan estar ligados entre sí por una causalidad inherente a ellos mismos, aunque desde la revolución cuántica ya no se buscan rastros de una causalidad “horizontal” que vincule hechos que provienen de un colapso de la función onda (probabilística) cuando sometemos a observación (medidas) los elementos de un sistema. La “simultaneidad” de estas dos clases de eventos, celestes y terrestres, expresa la sincronía de la realidad única (En to Pan: el Uno en Todo) que como ley, se manifiesta en y como ellos, mostrando cada vez en el mundo empírico que constatan los sentidos, las cualidades que sustentan y en las que consisten ontológicamente todas las cosas.

La “simultaneidad” de eventos celestes (un ordenamiento determinado de planetas y otros puntos de la esfera) y terrestres no implica una relación causa-efecto (los fenómenos celestes como causa de eventos terrestres) que contraría la Relatividad al requerir transmisión de información a una velocidad mayor que la de la luz. Los datos que transmite el Curiosity desde Marte -el planeta más cercano a la Tierra- nos llegan 13.8 minutos después de emitidos. Si la posición de este planeta o cualquier otro punto celeste en la eclíptica es la causa de algún fenómeno terrestre, hay que explicar cómo se transmitió esta información, a una velocidad mayor que “c”, hasta el lugar e instante en que ocurre el evento que estudiamos. Desde luego, cómo puede cualquiera de las constelaciones situada a miles de años luz, ser la causa directa de fenómenos en nuestro planeta?

Así, la simultaneidad de eventos celestes y terrestres es más bien una sincronía (“coincidencia” en el tiempo) que expresa una sincronicidad o cualidad que ejerce una causalidad “vertical” o “perpendicular” (que en el mundo cuántico es la función onda), arriba y abajo a la vez en ambos fenómenos percibidos, sin embargo, como aspectos distintos de una sola realidad (en el universo cuántico, las “partículas”) en las que colapsa la función que se ha medido. En nuestro caso, no hay partículas, sino dos fenómenos en el macrocosmos: Marte en una posición determinada y el suceso en la Tierra…

En su Teoría Científica de la Cosmobiología D. Ferriz postuló un principio dialéctico alternalizado, bajo controles matemáticos, que permite contrastar y poner en perspectiva los procesos vivos en su estado originario o estático (como los datos que ofrecen los Radix eclíptico y ascensional), frente a los dinámicos (Revoluciones solares, lunares, progresiones, tránsitos) como métodos que analizan la evolución continua de posiciones planetarias que se “fijaron” como una impronta cósmica en el origen de los sucesos naturales: una reacción química, un hecho biológico, un terremoto o la visión de la explosión de una supernova; o fenómenos sociales como el nacimiento de una persona, la evolución de una cultura, el ascenso o extinción de una civilización.

La naturaleza original de ese punto de partida que en la Cosmobiología es el Esquema natal, y sus transformaciones (Revoluciones, tránsitos, progresiones) se estudian siguiendo la teoría propuesta por el investigador Maurice Cotterell, a partir de la esquematización de lo que ocurre en el contacto de la compleja magnetósfera solar, con sus cuatro secciones de esfera formadas por dos dipolos alternadamente positivos y negativos, producto de la rotación del plasma cercano a la zonas ecuatorial (en ciclos de 26 días) y polares (en ciclos de 37) del Sol, que al interactuar con la magnetósfera terrestre originada en la rotación del núcleo de hierro, forma secciones casi iguales alternativamente positivas y negativas de unos 30° de arco, a lo largo de la órbita terrestre alrededor del sol, denominadas “signos”, que coinciden parcialmente con las constelaciones del Zodíaco y “marcan” (está comprobada la acción del campo magnético sobre la fabricación de fibroblastos en los seres humanos) los eventos con una combinación de cuatro modalidades básicas de energía denominadas en Grecia “cualidades primitivas”: lo cálido, lo frío, lo húmedo y lo seco, aplicando un principio de ordenamiento conocido por todas las civilizaciones y culturas del planeta, en cuaternarios que recibieron multiplicidad de nombres desde las cuatro direcciones del espacio en China, los Cuatro Vedas y los cuatro Varnas (colores, que se han entendido como “castas”) que organizan la India antigua, hasta las cuatro letras del nombre sagrado del hebraísmo ( Yod, He, Vau, He), la Tetraktys pitagórica, los cuatro temperamentos hipocráticos, los cuatro elementos de la física jónica (tierra, agua, fuego y aire), los cuatro mundos de la Qabbalah o las cuatro partes del mundo en el Tahuantinsuyo, etc. Pero también las cuatro interacciones fundamentales del universo: débil, fuerte, electromagnética y gravitatoria.

Las ciencias de aplicación de este conocimiento multidisciplinario son las biomédicas y humanas. La psicología, la educación, la medicina, el curso de las sociedades, pueden ser analizados a partir del significado que corresponde con cada uno de los puntos astronómicos y espacios de la esfera celeste, proyectados en el sitio y tiempo donde suceden los eventos.
Con esta estructura científica, el objetivo y finalidad últimos de la Cosmobiología es el hombre, cuyas posibilidades de autorrealización ontológica pueden ser estudiadas, cumpliendo una función social que vuelve a colocar a la humanidad en el corazón de la búsqueda que el saber viene realizando desde hace milenios, a diferencia de algunas disciplinas científicas que a partir de una pretendida objetividad intentaron retirar todo lo humano de su horizonte, llegando solamente a producir una ciencia incompleta.


La Interpretación de los datos astronómicos

Una vez establecido el esquema de los cielos, para encontrar el significado de tales posiciones y el de los fenómenos sincrónicos con ellas, es necesario pasar a la antítesis de la astronomía, utilizando un sistema de interpretación a partir del significado de los símbolos tradicionalmente asociados a cada punto planetario o estelar, así como a los sectores o “casas” del sensitivo subastral, que forma parte del espacio en el que ocurre el evento.

Presente en la Cosmobiología, la investigación del símbolo también formó parte de la antigua Astrología que postulaba un principio de unidad expresándose en la multiplicidad de lo real y siempre utilizó un lenguaje simbólico para comprender al universo como una esfera dividida en doce signos zodiacales de treinta grados cada uno, a través de los cuales se desplazaban a distintas velocidades los planetas del Sistema Solar. Como en el Almagesto de Ptolomeo (Alejandría, s.-II) introducido en Europa por los árabes, el centro de esta imagen era la Tierra (geocentrismo) y suponía una causalidad directa de los eventos celestes que ocurren en la eclíptica, determinando los sucesos terrestres.

El significado de cada espacio de 30 grados o signos de el Carnero, el Toro, los Gemelos, el Cangrejo, el León, la Virgen, la Balanza, el Escorpión ( y el Águila), el Centauro, el Macho Cabrío, el Aguador y los Peces, que corresponden con las trece constelaciones zodiacales: Aries, Taurus, Gemini, Cancer, Leo, Virgo, Libra, Scorpius (Ophiuccus), Sagitario, Capricornio, Aquarius y Piscis, se describe con un complejo y dinámico conjunto de imágenes cuyo sentido se modifica en función del tránsito, por esas mismas zonas bien definidas (los signos), de uno o varios planetas que a su vez modulan sus acciones en función de las relaciones (ángulos) que se dan entre ellos (Oposiciones, cuando dos puntos o planetas que se mueven en la eclíptica tienen entre sí una distancia de 180° de arco, Trígonos a 120°, cuadraturas a 90°, sextiles a 60°, conjunciones a 0°, etc.) “determinando”, en principio, todos los sucesos.

En todo caso, desde Beroso, sacerdote y astrólogo acadio de los templos de Marduk (s. –III) que describió en sus registros la instrucción de Oannes a los reyes babilonios antediluvianos, pasando por el médico judío de Carlos IX y astrólogo de Catalina de Médici, Miquel de Nostradamus (1503-1566) cuya ciencia provenía de la Kábala hebrea estudiada en La Provenza mientras investigaba a Paracelso, Agrippa, Al-Gazali y Jámblico… hasta la pág. Astro.com, la Astrología siempre enfatizó el estudio del espacio simbólico y multidimensional de los significados, donde se contempla la realidad empírica de cada punto de la esfera celeste como una entidad (“los dioses son planetas”) cuya vida y relaciones se presentan en un mito que descifra la forma en que un evento es experimentado por un individuo o una colectividad, en doce áreas, “campos” o domificaciones que constituyen en cada ser el espacio donde aparece la conciencia del símbolo o los significados, desplegando las dimensiones psíquicas de los fenómenos vividos. Es el “sensitivo sub-astral” de esta ciencia.

La Cosmobiología no es el único saber que ha recurrido al mito para investigar el significado de “la realidad”, sólo hay que pensar en todas las vertientes del Sicoanálisis o en la Psicología Transpersonal; en la Arqueoastronomía o en los esfuerzos por estudiar la Historia -más allá de los reduccionismos economicistas que impresionan a los sociólogos- como expresión de mitologemas que dan cuenta, con más profundidad, de fenómenos como las Cruzadas, las sagas española, británica o portuguesa de “descubrimiento” del Nuevo Mundo en el siglo XV espoleadas por la búsqueda de un Oriente mítico (El Dorado, Paititi, la Ciudad de los Césares); la Guerra de los Treinta años o la misma Segunda Guerra Mundial, incomprensible si no se considera el mesianismo vivo detrás del caudillo alemán que, impulsado por los mitos de Alfred Rosenberg y una peculiar lectura de las tradiciones nórdicas, fue “vencido con sus mismas armas”. No fue el mal tiempo lo que “retrasó” el Día D hasta las 6 de la mañana del día 6 del 6to. mes, sino la prescripción de los astrólogos que estaban al tanto del “plan” del nacionalsocialismo asentado en antiguas predicciones y estudios como los impulsados por el astrólogo Erik Hanussen y el esoterista Karl Haushofer, instruido por G. I. Gurdjieff.

La eficacia de esta ciencia para exponer el significado de los eventos individuales o colectivos se comprobó durante milenios y tiene como fundamento las imágenes del lenguaje simbólico ligado a cada uno de estos puntos (Sol, Luna, Marte, Júpiter, Saturno, etc. ) y espacios (“Casas” ) que se localizaron geométricamente (cálculo de domificación) en los esquemas. A ellas se aplica un principio de interpretación diversificada para determinar el aspecto de la experiencia humana al que se transpone el valor simbólico de los puntos localizados: Las características de la personalidad y el valor moral se investigan en el sector o “Casa I”, que coincidirá con alguno de los signos-constelaciones, y eventualmente con planetas situados allí; las motivaciones más profundas se analizan en el sector II, las características de la mentalidad racional del sujeto estudiado se buscan en el III y así, sucesivamente, hasta el XII, que mira al pasado originario de cada uno…

Por su parte, Raynaud de la Ferriére considera en el estudio de las relaciones entre los fenómenos no sólo a los “signos” simbólicos del Zodíaco Trópico, que caracterizan a la Astrología y se utilizaban desde hace más de 2.500 años en Babilonia, sino a las constelaciones del Zodíaco Sidéreo, es decir, tomando a la realidad astronómica como otro objeto del cálculo del estado de los cielos, lo cual abre un segundo nivel de interpretación o lectura de los fenómenos celestes, que proyecta sus significados hacia realizaciones suprapersonales, de carácter colectivo, como en la localización de la posición del Punto Vernal que marca el simbolismo de las “Eras” para la humanidad en su conjunto. Esto se estudia, ahora, vinculado a un lenguaje técnico especial que aparece en la estructura de la literatura que ofrece como vía para la autorrealización ontológica, por ejemplo en el número XVIII de sus Propósitos Psicológicos Simbolismo Astral. (sergeraynauddelaferriere.net)

El mecanismo de precesión equinoccial, modifica la posición de solsticios, equinoccios y de los doce signos zodiacales en relación con la esfera celeste. Por esa razón, si en tiempos de la Grecia clásica el punto vernal coincidía con la Constelación de Aries, habiendo retrogradado en 2.600 años por ésta y por la Constelación de Piscis, se encuentra ahora sobre el grado 30° de Aquarius que recorrerá a lo largo de los próximos 23 siglos, hasta el grado O°.

Éste es el argumento de quienes desconocen esta ciencia, para descalificar la relación de los signos zodiacales (que no coinciden con las constelaciones) con los fenómenos de la vida humana. Pero esos mismos estudiosos no pueden explicar porqué, para tomar un aspecto muy simplificado de la compleja manifestación de la personalidad humana, efectivamente, quienes “nacen bajo un signo de fuego”, como Aries, Leo o Sagitario del simbolismo astrológico, se muestran en general extrovertidos mientras que quienes vienen al mundo bajo la triplicidad de “agua” en los signos de Cáncer, Escorpión o Piscis, tienden a la introversión… como lo demuestran los análisis estadísticos y teorías del investigador irlandés Maurice Cotterell.

SRF refiere también un significado más amplio -y cualitativamente más interesante- que el atribuido por los astrólogos contemporáneos a los planetas descubiertos desde el siglo XVIII: mostrando a Urano (descubierto en 1781, por W. Herschel), asociado al estudio y la ciencia, al genio, al análisis profundo y la sabiduría, así como a la “visión anticipada” de acontecimientos que se sitúan en el futuro, la utopía… a Neptuno (1843, Le Verrier) en relación con la intuición más sutil, la experiencia mística, la devoción, la recepción de “mensajes superiores”… que nada tienen que ver con las elucubraciones alienígenas de la new age, y a Plutón (1930, C. Tombaugh) con la transmutación, el dinamismo violento, la super-potencialidad (SRF, Yug Yoga Yoghismo una Mathesis de Sicología, 1952)

Re-significa así el simbolismo asociado a cada uno de los puntos astronómicos, asumiendo la idea de que el cambio de época (o de posición del Punto Vernal sobre la Eclíptica, ahora en la constelación de Aquarius) actualiza otras características que no habrían podido ser reconocidas al referirse a elementos que todavía no se habían manifestado en la historia, como la relación entre Plutón y la Energía atómica, o Mercurio e Internet.

A partir de eso, ya no se puede atribuir a Saturno solamente el matiz de obstáculo y rémora en toda actividad, sino el de caracterizar la investigación profunda y la lógica matemática. Se descubre a Urano asociado con la velocidad de los cambios contemporáneos, la informática, la ampliación de los límites en lo grande (cosmología, astronomía) o lo pequeño (estudio de las partículas subatómicas y los Quarqs, comprensión de la naturaleza del Prana), desciframiento del genoma o investigación del pasado más remoto de la humanidad. A Neptuno con las experiencias superiores del arte que llevan desde la percepción del vacío (como en la pintura de Miró) a la Iluminación del Budismo desencadenada en la experiencia estética que supone la contemplación de un Koan, o en la identificación a través de la experiencia que en el tantrismo conduce al Samadhi de los Yoghis…y a Plutón como agente de transformación de la personalidad, mientras en lo concreto se relaciona con el mundo subterráneo, los hidrocarburos, la energía nuclear, la colisión de partículas subatómicas a velocidades cercanas a la de la luz para desentrañar el misterio de la materia (CERN) y alcanzar conciencia del nexo con aspectos más sutiles del multiverso.

Mercurio, que la Astrología relacionó con las comunicaciones, “domiciliado” en Aquarius, la constelación de la Era actual, que “exalta”sus características, no puede corresponder de manera más exacta con la situación contemporánea que a través de Internet ha convertido al mundo en la aldea global intuida por Mc Luhan (la Noósfera teilhardiana) con beneficios previsibles en las posibilidades de acceso al conocimiento en una Era de saber.

Es en relación con la manifestación de esos significados que tienen importancia estas adaptaciones, haciéndose patentes en actos colectivos (Neptuno) de una Humanidad que poco a poco se vuelve consciente de su verdadera posición en el cosmos.

En una espiral incesante, los puntos astronómicos científicamente definidos, manifiestan las posibilidades del ser universal. O, como lo conciben los Espirituales del Islam, Nombres Divinos antes no contemplados se despliegan como “nuevos” aspectos y significados de los mismos planetas y puntos astronómicos, que se hacen visibles en formas de existencia más sutiles que los seres humanos alcanzan en su regreso a un estado de saber semejante al de los hombres de las Edades de oro conocidas en la alta antigüedad (Satya Yuga hindú, Edad de Oro de Hesíodo, o la Saturnina de Virgilio) que buscaron la verdad más allá de formas religiosas que han dividido a los hombres en cientos de sectas alejadas de la fuente única, y más allá de los dogmas científicos que han creado un hiato epistemológico entre las verdades de la razón y las que provienen de todas las otras funciones del espíritu humano, que reaparecen hoy como un sentido de protección de la naturaleza, al experimentar nuestra continuidad con ella, o la búsqueda de un mundo de tolerancia y conocimiento, indispensable para la convivencia de varios miles de millones de seres que asumen sus diferencias, donde la dimensión ética de la realidad (Urano) se exprese colectivamente (Neptuno) sin requerir reglamentos externos a su propia naturaleza, unidos a la búsqueda de la verdad con instrumentos que investigan a partir de hermenéuticas instaurativas de sentido superando los razonamientos adocenados e ineficaces frente a la realidad sutil del universo.

Es con todos estos elementos matemáticos y de interpretación que la Cosmobiología estudia la existencia individual y colectiva, persiguiendo un fin social, aparte de ser la única ciencia verdaderamente multidisciplinaria, cultivada con distintos matices de profundidad por científicos e investigadores del mundo entero.

Con este conocimiento revisaremos brevemente la claridad que se alcanza acerca del sentido de los eventos celestes que se manifestan a lo largo del año 2012.

        
¿Quién otorga su significado al tiempo?

¿Cómo se llega a una comprensión del estado cualitativo de los seres y del tiempo? ¿Cómo encontrar el significado de los eventos físicos?

En una época desacralizada y entregada al culto de la cantidad, un conocimiento que describe cualidades es accesible a pocos. Por otra parte y en cualquier época, son las operaciones que una Tradición espiritual -aunque su nombre oculta en parte el carácter auténticamente revolucionario de su saber, sus métodos y finalidad- realiza en el curso de la historia las que generan los significados que transmutan la realidad del mundo empírico cuyos datos nos entregan las ciencias de la naturaleza y del hombre, en símbolos que cifran el sentido y las cualidades constituyentes de cada fenómeno, como lo veían Rilke o Nietzsche, cuya Naturmysthik buscaba transfigurar todas las cosas en belleza (SRF, citando a K. Jaspers en su PP VII: Objetividad Metafísica).

Más allá del aspecto mecánico o numérico, la interpretación de los calendarios implica una aproximación al símbolo, no como elaboración conceptual o construcción abstracta agregada a las cifras, sino como constituyente de la realidad en un espacio propio y único que continúa y es simultáneo con el de la experiencia empírica en el multiverso.

Reaparece así el mundo intermedio, como lo denominó H. Corbin, Al mithal o Mundus imaginalis de la mística sufí o del Ishraq, analizado fenomenológicamente en La imaginación creadora en el Sufismo de Ibn Arabi, Cuerpo Espiritual y Tierra Celeste o El hombre de Luz en el Sufismo Iranio. Mundo imaginal que nada tiene que ver con la fantasía a la que Paracelso denominaba “la piedra angular de los locos” (A. Koyré).
Además de enumerar los días y estaciones, todo calendario señala los tiempos y las propiedades de la multiplicidad de formas que pueden adquirir las teofanías o “descensos” de los diversos aspectos de la vida universal, en conformidad con la adaptación que hace la Tradición Iniciática de algunos Principios y claves universales que dan cuenta de la realidad, al inicio de cada Edad del mundo.

Así, ideas como Unidad, Polaridad, Triunidad, Manifestación Cuaternaria, unidas a la naturaleza mental del mundo, correspondencia, movimiento, ritmo, causalidad y otras categorías (no necesariamente las aristotélicas), son expresadas en distintas culturas como entidades divinas, míticas, conceptos abstractos, números, letras, procesos lógicos, períodos de la historia, linajes de reyes, planetas, estrellas, chakras en el hombre y en la Tierra, templos, división de territorios como en los 30 nomos establecidos por Manes en el Antiguo Egipto; Gunas y Tatvas (cualidades y matices) del Purusha-Prakriti (“espíritu”- “naturaleza”, en el sentido del Hyle griego) en el Samkhya hindú, letras-principio-fuerzas en el alfabeto Devanagari de la Lengua Sánscrita, letras-principio-entidades de las lenguas hebrea y árabe, principios geométricos y escriturales de los ideogramas chinos, cuerdas de la lira de Apolo y notas musicales, formas geométricas y cifras del pitagorismo, ideas filosóficas en la cosmología del Timeo platónico, u operaciones matemáticas en épocas más recientes como en los Philosophiae naturalis principia mathematica newtonianos…

Un poco más cercanas, aunque apenas comprendidas más allá de su brillantez y elegancia matemáticas, también tienen significado leyes y fórmulas trigonométricas, proporción áurea (Phi), leyes de Kepler, leyes de Newton, descripciones geométricas cartesianas, aforismos de Pascal, o números como Pi: 3,141592653589… y e (de Euler) 2,71828182845… e incluso ecuaciones y constantes presentes en fórmulas matemáticas y físicas, como:


que, más allá de su aplicación matemática permite encontrar de qué número es “valor secreto” una cifra (x) en la Qabbalah hebrea.


Se debe analizar también la dimensión simbólica de las ecuaciones formuladas por el Genio de Occidente, como la postulada por Schrödinger que vuelve a poner sobre el tapete la noción de “vibración” de los egipcios, pero ahora aplicada a la “realidad” de partículas clásicas comprendidas como funciones de onda (L. de Broglie, 1923), a través de la notación de P. Dirac; o la de Einstein en la que toman forma los tres gunas presentes en el hinduismo para categorizar toda la realidad como Tamas (materia e ignorancia), Rajas (energía e intelecto y razón) y Sattva (luz física y conocimiento). E = m.c2, es decir (Energía-rajas) =(materia-tamas) . (cuadrado de la velocidad de la luz-sattva).


En este sentido, Nil nobi sub sole (No hay nada nuevo bajo el sol)…es la lección que debe recordar la humanidad presente.

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Lo que define estas operaciones de Adaptación, entregando cada vez nuevas formas de las mismas leyes y principios universales como un conjunto de símbolos ofrecidos a la meditación de las colectividades, está en relación con el significado de las posiciones de estrellas, planetas y especialmente con la posición del Punto Vernal.

Estas significaciones se despliegan en el tiempo como operaciones específicas que ejecutan en la historia en especial las sodalidades iniciáticas y las distintas religiones que estas originan como manifestaciones exteriores o vehículos de un saber que, según las épocas, se muestra de modo velado y en reserva para unos cuantos privilegiados, como en la Era de Piscis durante los últimos dos mil años, o abierto y público como en la actual Era de Aquarius.

Ejemplos cercanos de estas acciones son los sucesos históricos motivados por la Masonería (una de las sodalidades) desde la apertura indiscriminada de las Logias Inglesas (1717), herederas del gran movimiento hermético nacido en Europa poco antes de la Guerra de los Treinta años, hasta las acciones de la Taberna Dragón Verde, que auspició la Logia Saint Andrew y su “Boston Tea Party”, dando inicio al proceso de independencia de Estados Unidos, llevado adelante por connotados masones como Washington, Franklin, Jefferson, Adams o Lafayette y casi la totalidad de los firmantes de la Declaración de Independencia del 4 de Julio de 1776, apoyados por “Sociedades de Amigos” y otros vehículos que facilitaron la ayuda política y económica de las logias francesas.

También en México y América del Sur, el movimiento de independencia estuvo inspirado por el ideario de la Revolución Francesa que provenía de los Jacobinos, cuyo nombre, más allá de las acciones políticas inspiradas en Jacques Rousseau, evoca el de ciertos movimientos clandestinos destinados a cumplir la “profecía” de Jacques de Molay, Vigésimo segundo y último Gran Maestre Templario, asesinado en la hoguera por Felipe el Hermoso, con la anuencia del Papa Clemente V, en el extremo occidental de la Ile de la Cité, frente a la catedral de Notre Dame el 13 de marzo de 1313, después de siete años de torturas permitidas por un juicio espurio, con lo cual la Civilización occidental perdió el contacto con lo trascendente, preservado por la sodalidad templaria. En medio del suplicio y próximo a la muerte, pidió se le permitiera juntar las manos y mirar a la Dama (la Virgen) a quien había servido a lo largo de su regencia, mientras conminaba al Rey y al Papa “a comparecer ante el tribunal de Dios, antes de un año”. Para las Pascuas de 1314, el Rey Felipe y el Papa Clemente V habían muerto.

A unas centenas de metros y 480 años después, fueron algunos francmasones entre la multitud de ciudadanos que literalmente decapitaba a la Monarquía en la Place de la Concorde donde la Asamblea Constituyente, a sugerencia del Dr. Guillotin, había instalado su artilugio, los que gritaron “justicia y venganza”, cuando vieron caer la cabeza de Luis XVI (1793).

Dos siglos más tarde, no son pocos quienes piensan en el fin del Papado, cuando en este tiempo fractal del siglo XIV por su significado, termine el ciclo de regencia del Cristianismo, la misión pública de la Edad de los Peces, conforme a la profética del Libro de Malaquías de Armagh (1094-1148), amigo del creador del císter Bernardo de Clairvaux, quien formuló ante el Concilio de Troyes los estatutos de la Milicia Templaria.

En sus “profecías” se encuentran las divisas que muestran el carácter general del reinado de los príncipes de la iglesia, antes que algún tipo de predicción. Para Juan XXIII, Monseñor Roncalli, Patriarca del puerto de Venecia: Pastor et Nauta; mientras que Monseñor Ratzinger tomó en 2005 un nombre en consonancia con el olivo de la Orden Benedictina que tiene por lema la palabra PAX, en correspondencia con De gloria olivae, penúltima divisa que precede a Pedro el Romano (No. 112)… en el libro de San Malaquías, “tras lo cual, la ciudad de las siete colinas será destruida y el tremendo Juez juzgará a su pueblo”, según reza la última estrofa de esta obra publicada en realidad en el siglo XVI que, de todos modos, no fue escrita por el arzobispo irlandés, aunque San Bernardo confiaba en sus dones proféticos…

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A continuación, tomaremos las investigaciones del historiador ecuatoriano Jorge Núñez (Historias del País de Quito, 2010) para describir una acción tradicional que nos muestra el mecanismo de iniciación manifestándose en la historia.

- En el Virreinato de Nueva Granada, fue Antonio Nariño (1765-1823) quien fundó la primera logia de la masonería en Santa Fe de Bogotá, posiblemente influenciado por el Barón Von Humboldt, que recorría América como científico naturalista heredero del Aufklärung y sin interrumpir sus trabajos se reunía en Quito con el Barón de Carondelet, Presidente de la Real Audiencia, el Obispo Cuero y Caicedo, el Marqués de Selva Alegre Juan Pío Montúfar, además de Salinas, Quiroga, Larrea, Morales… “actores principales de la Revolución…” a quienes el realista Pedro Pérez calificó como “jacobinos” en una carta de 1815 (Compendio de la Rebelión de América, F. Hidalgo Nistri,1998), citada entre los análisis y la documentación de gran interés que incluyó en su libro el historiador Nuñez, bajo el título “La Primera Logia Quiteña”.

En la misma obra se señala que fue en la logia neogranadina “El Arcano Sublime de la Filantropía” fundada por Nariño, el médico Rieux y el naturalista Juan Celestino Mutis, donde se iniciaron Eugenio Espejo, su hermano el cura Juan Pablo y Juan Pío Montúfar, quienes de regreso a Quito y con la ayuda del Conde de Casa Gijón y el Marqués de Villa Orellana “masones quiteños que habían sido iniciados en el Gran Oriente de Francia” fundaron la “Escuela de la Concordia” y luego la “Sociedad Patriótica de Amigos del País”, que tuvo al médico Eugenio Espejo por secretario y por presidente al general Luis Muñoz, Presidente de la Real Audiencia (Núñez, 2010). Desaparecidas estas organizaciones, Juan Pío Montúfar fundó la Logia “Ley Natural” en 1792, cuyo primer Venerable Maestro fue el XV Barón de Carondelet, también Presidente de la Real Audiencia de Quito, iniciado en “La Discréte imperial” de los Países Bajos y discípulo del sabio ilustrado Melchor Gaspar de Jovellanos.

Con el estudio de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y la Constitución de los Estados Unidos, se fraguaba en esta Logia la revolución de Quito, cuya Junta Soberana instalada el 9 de Agosto de 1809 en el segundo aniversario de la muerte del Barón, ejecutaba el proyecto político de un gobierno criollo, dentro del cual se presentó el rechazo a la invasión napoleónica de España (1808) y el respaldo a Fernando VII, sólo como un paso previo a la independencia de la Metrópoli, declaración que ha servido a ciertos historiadores para cuestionar, sin fundamento, el sentido de esta operación.

Así, fue la Masonería de Quito la que lanzó lo que luego se llamaría “El primer grito de la independencia de América”, el 10 de Agosto de 1809, poniendo en la Presidencia de la Junta Soberana a Juan Pío Montúfar, Venerable Maestro de la Logia Ley Natural, junto a los Diputados Manuel Zambrano, Manuel de Larrea y Manuel Matheu, los Ministros Juan de Dios Morales, Manuel Rodríguez de Quiroga y Juan Larrea, y los Senadores revolucionarios José Ascásubi, José Fernández Salvador y Víctor Félix de San Miguel, todos ellos miembros de la fraternidad masónica que en la noche anterior se reunieron en el salón regentado por Manuela Cañizares, junto a la Capilla del Sagrario de la Catedral Metropolitana, en unión con Jacinta Tinajero y Mariana Matheu, dirigidas por Manuela Espejo, hermana del Precursor y esposa del quiteño José Mejía Lequerica, masón que también ingresó en la logia gaditana “Integridad” y fue diputado –célebre por su elocuencia- ante las Cortes de Cádiz, sede de varias logias y puerto que defendía de los franceses a España.

También recuerda Nuñez la conocida filiación masónica de los libertadores San Martín y Simón Bolívar, a quien el Barón de Humboldt habría regalado en París un libro sobre los Altos Grados de la Masonería, con ocasión de su elevación al grado de Compañero, en la misma Logia en la cual se inició el prócer guayaquileño José Joaquín de Olmedo, otro de los diputados americanos en las Cortes de Cádiz.

- Plutón toma 248 años en recorrer su órbita alrededor del Sol, por lo tanto, todos estos eventos, de la Revolución Francesa a la Revolución de Quito y las independencias americanas, ocurrieron cuando el planetoide transitaba, en una vuelta anterior, más o menos por los mismos puntos por donde recorre ahora. Y ya que “existen pocas historias auténticas en la historia humana, y se repiten…” pero con matices diferentes, es preciso decir que tales movimientos sociales son el preludio de un continuo dinamismo liberador que no ha dejado de expresarse en la historia del Continente, a través de la vida caótica y de dificultades que corresponde al reino de Saturno, primer chakra a despertar colectivamente en América del Sur. Hoy día Plutón “coincide” con la transmutación individual y colectiva.

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Aunque su nombre no lo permitiría sospechar, la Tradición Iniciática siempre “espera en cada vuelta del camino”, para introducir en la historia la fuerza transformadora de los principios espirituales, como hicieron Los Hermanos Rosacruces en Agosto de 1623, clavando en las puertas de la catedral de Notre Dame y en otros lugares de París su Manifiesto que anunciaba:

Nosotros, delegados del colegio principal de los Hermanos de la Rosacruz, hemos venido visible e invisiblemente a esta ciudad, por la gracia del Altísimo, al que se vuelven los corazones de los Justos, a fin de librar a los hombres , nuestros semejantes, de error mortal…

Sus acciones pueden entreverse a través de la prolífica investigación de la historiadora británica Frances Yates (1899-1981) que en El Arte de la Memoria, Giordano Bruno y la Tradición Hermética, Filosofía oculta en la Época Isabelina o los tres tomos de sus Ensayos Reunidos, analiza la acción e influencia de los iniciados a las ciencias sagradas en el desarrollo científico occidental. En El Iluminismo Rosacruz (Yates, 1981) los discípulos de Kristian Rosenkreuz participan del Ludibrium puesto en obra entre 1613 y 1616 por Joseph Valentín Andreas, Teólogo de Würtemburg, en la rivera del Rihn y la actual Baviera, creando una situación que introdujo la leyenda en el curso de la historia.

Fama Fraternitatis (Fama: rumor que se difunde persiguiendo un fin; bluff) fue publicado en 1614 en Cassel, seguido de Confessio (1615) y Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz (1616). Estas obras que, como el Manifiesto, fueron compuestas por J.V. Andreas, permiten comprender mejor, en la Europa del siglo XVII, el sentido y la acción de un movimiento cultural o misión histórica que una profunda corriente de pensamiento basada en la recuperación del saber mágico, alquímico y qabbalistico de origen hebreo y árabe, dirigió en el Palatinado vinculado desde el siglo XII al Sacro Imperio Romano Germánico, para promover el advenimiento del Milenio, es decir, la Segunda Venida de Cristo: desde la Boda Real ( Unión alquímica del Oro-Sol, con la Plata-Luna) y real boda de Isabel, hija de Jacobo I de Inglaterra, con Federico de Bohemia, inducida y vista como acción mágica que en el cuerpo social unificaría místicamente el poder del Támesis y el Rihn…formando de paso una gran alianza política en el Norte de Europa, desde Inglaterra hasta Polonia, reflejada en el tratado alquímico Las Bodas “escrito” por Andreas-Rosenkreutz y destruída por la Contrarreforma que, desde el sur y orquestada por el literalismo jesuita, apagó este renacimiento del saber tradicional, sin poder impedir el paso de la tradición a diversos grupos que se formaron después de 1641.

Es muy difícil que quienes entre 1616 y 1632 leyeran esta obra, no vieran reflejadas sus operaciones y personajes en los eventos históricos de la época. La documentación que aporta la historiógrafa que enseñaba en la Universidad de Londres, destaca la concepción de esta acción como una Obra Abierta, por ese poder intelectual oculto detrás del trono inglés que fue el Mago, geógrafo, matemático y qabbalista John Dee (1527-1609) cuyo personaje literario nos entrega G. Meyrink en El Rostro Verde, en el mismo tema y estilo de El Dominico Blanco y La Noche de Walpurgis. Su acción, que permitió un renacimiento Tradicional, culminó en la creación de las Academias de Ciencias de Inglaterra y Francia, bajo el presupuesto de que el cultivo del saber era condición para la llegada de una Edad de Paz universal, como el estado social correlato de la Segunda Venida del Salvador.

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Mientras estos eventos ocurrían en media Europa, en 1618 se iniciaba el 13er. y último Baktún del calendario Maya, a lo largo de cuyos 144.000 días, las órbitas de Marte y la Tierra se cruzarían 65 veces, antes de que concluyera el Gran Ciclo. De una forma clara, esta edad final se manifestaba bajo la influencia de Ares.

Las 260 posibilidades que surgen de la combinación de 13 meses con 20 días en el Tzolkin, designan campos, en el sentido físico, es decir, ordenamientos de magnitudes físicas que muestran variaciones en una región del espacio, definibles matemáticamente por una función que describa partes del espacio-tiempo donde se manifiestan cualidades, expresadas también por imágenes simbólicas -la del número y nombre del día- cuyo significado proviene de una adaptación.

Así como los días se pueden concebir matemáticamente como campos, también los meses o conjuntos de días se comprenden más si los estudiamos como variaciones de una magnitud (electromagnetismo) en el tiempo, que se modifica conforme a sus interacciones con la magnetósfera solar. Las conformaciones concretas de estos campos, limitadas por las interacciones de tales significados, marcan “grados de libertad” de los elementos interactuantes que hacen parte de ellos y como cada campo cambia en el tiempo y en el espacio, sus grados de libertad o formas de manifestación son, matemáticamente, inconmensurables. Cada día y su significado tiene tantas formas cuantos seres lo habiten.

Ahora bien, los eventos históricos descritos en cada uno de estos campos del espacio-tiempo extraen su sentido de la acción arquetípica, situada siempre en un plano universal, modélico, de lo que en India se denomina Avatar: el descenso de lo Divino. Los textos aluden a nueve descensos o Avatares de Vishnú, la Forma y se espera “al final de los tiempos” al Décimo Avatar, Kalki, cuando para el Islam llegará el Imam Mahdhi, tanto como el Budismo encontrará a Maitreya o el Cristianismo al Cristo Glorioso. Es hacia este punto en el futuro que, desde hace más de cinco mil años se orientaron los calendarios, fundando las expectativas teleológicas acerca del evento final reservado para todos. Su imagen astronómica es el alineamiento de la Tierra, a través del Sol, con el Centro de la Galaxia, el 22 de Diciembre de 2012, que reunirá a nuestro planeta con el Agujero Negro (Hunaab Ku), y con el Sol (Kinich) en el Cenit.

Dar significado a cada tramo del tiempo es la función de todo calendario, como el Gregoriano, “ajustado” a una serie de eventos religiosos: Adviento, Navidad, Semana Santa, Pascua, donde el sentido que sacraliza al tiempo se marca convirtiendo en drama histórico y temporal el significado de los sucesos de la vida de Jesús, Avatar de la Era de los Peces , aun siendo el “relato” evangélico hagiografía completamente simbólica, mostrada a través de acciones y etapas que marcan el tiempo histórico en forma cíclica. Igual sucede con los calendarios hindúes o tibetanos, en correspondencia con eventos de la vida del Avatar Krishna o de Siddhartha Gautama. El calendario lunar Hebreo, con el Sabath que ilustra la salida de Egipto o el islámico al celebrar durante el Ramadan fechas sagradas en la vida de profetas como Abraham, Isa (Jesús) o Mohammed, muestran lo mismo.

Así, son las vidas arquetípicas de Moisés, Zoroastro, Buda, Jesús, Maní o Mohammed, contempladas como la vida en su más alta expresión, las que dan significado a cada día del tiempo “profano”, que encuentra en ellas el acceso a lo sagrado, por un desequilibrio – o asimetría en la cosmología- en la misma forma en que Prakriti brota de Purusha en la cosmovisión hindú, por una “ruptura” de la homogeneidad, idéntica a la que da nacimiento al mundo en la mitología egipcia.

Luego vienen otras operaciones para unir el movimiento de los planetas, las constelaciones, las estrellas fijas y otros elementos de la esfera celeste como los ejes de solsticios y equinoccios, el polo celeste, o las sombras de la Vía Láctea, como las formalizaciones andinas: la Zorra y la Llama, (cuyos ojos son Alfa y Beta Centauri) a sus significados que, expresados como un discurso simbólico, como un mito, muestran que en el Cosmos, todos los procesos están vivos y se rigen por las mismas leyes, probando el En to pan griego: Todo es Uno. En la misma operación, estas realidades, junto a cada letra del alfabeto, se ligan a episodios de la misma vida modélica obteniéndose glifos como el de la Mem del Alfabeto Hebreo cuyo morfema proviene de un desarrollo matemático, en el que los números y operaciones aritméticas elementales marcan cada parte del trazo (Le Bibble Document Chiphrée, R. Abellio ed. Gallimard) que además tiene significado específico dentro del proceso que lleva a la “manifestación de la letra”.

Así, la matemática y la geometría, las letras del alfabeto y las palabras que se componen con ellas, junto al espacio y al tiempo, devienen sagrados.

Los eventos de la hagiografía se desenvuelven en una historia y geografía concretas que se vuelven sagradas en el sentido de que la época y los lugares donde “transcurrió” la vida arquetípica, por ese hecho, adquieren sentido y son experimentados más allá de su realidad empírica, como el aspecto “visible” de una Trans-historia arquetípica (la del instructor) que se cumple en el U-topos.

Esa es la razón por la cual la vida que se encuentra “relatada” en los Evangelios no es la de algún Jesús histórico, ni la de Siddharta Gautama, como Buda, se puede encontrar en el Lalita Vistara; lo mismo ocurre con los relatos sobre los Zoroastros de la Antigua Persia, las vidas de los Tres Augustos chinos: Fo-Hi, Sheng Non o Huang Ti, o el Vishnu Purana, que no deben tomarse como descripciones literales y tampoco ofrecen fechas que se puedan verificar, pues los eventos descritos que son incluso formalización de mitos anteriores y ubican el “drama cósmico” en un universo de principios que se traduce en leyes y marca los hechos de la historia. Son las modalidades de manifestación de la realidad lo que expresan los panteones míticos y sus interrelaciones constituyen las “vidas” de los dioses y los héroes.

- Lo inverso también ocurre. Los sucesos de algunos personajes históricos se han convertido en efemérides y trascendiendo su realidad empírica se vuelven modelos míticos, como si una vez vivido su tiempo, el espíritu que animó tales hechos, la Idea, el Eidos griego (transformación del Uid indoeuropeo, raíz de Vid y Veda: la Ciencia, o Conocimiento, como videncia), hubiera vuelto al plano de los Shemaim (Hb. cielos) del cual proviene.

Así ocurre con Arturo, rey de los Britanos en el siglo VI. Aunque hay cuatro o cinco personajes cuyo rastro se encuentra en relatos de Escocia y Gales, sólo existe una inscripción con su nombre en la cruz de una tumba de la abadía de Glastonbury, fundada en 1191 (T. Green, Arthuriana,1998). Luego de unificar la Isla rechazando la invasión sajona (Los reyes de Bretaña, G. Monmouth), “pierde su vida” común y deviene relato arquetípico que “explica” cómo la Realeza asienta su poder en un misterio Iniciático vinculado al mago Merlín y al objeto santo que guarda la sangre de Cristo. “A quién sirve el Grial?...” es la Pregunta que no puede responder Parsifal -caballero de Artús en la corte de Avalon- en su primera estancia en el castillo donde asiste en la noche mística a la procesión que muestra la Lanza y la Copa sagradas, en la obra de Chretien de Troyes, abriendo el tema que atraviesa como un aliento intangible que todos perciben pero nadie puede localizar en la enorme variedad de los relatos de la Materia de Bretaña, que sacralizan los días y los meses, en correspondencia con estos relatos.

Se podría hablar de una coincidencia pero, en otro continente, lo mismo ocurre con la vida de Padmasambhava, (Literalmente, aquel que nace y existe en el Loto) quien habiendo tenido realidad histórica como el introductor del Budismo Mahayana en el Tíbet, tiene una vida que la Tradición relata bajo la forma de una sucesión interminable de milagros: Nace en medio de un lago sagrado como un niño de nueve años y gran belleza, sobre un loto de pureza extrema. En mínimo tiempo conoce los 108 volúmenes del Kanjur (el Tripitaka hindú, más los grandes sutras mahayánicos y los textos tántricos) y los 225 del Tanjur (obras filosóficas y de exégesis hindúes, comentarios al Kanjur, más textos de gramática, lógica, matemáticas, astrología, iconografía…y otros revelados por las Dakinis a los Ñingmapas, o escondidos como las Termas…) del Canon tibetano que luego fue compilado en el monasterio de Snar Than (Las religiones constituídas en Asia y sus contracorrientes I, v. autores, ed. Siglo XXI, 1981). Domina las ciencias sagradas y combate con toda suerte de seres sobrenaturales, realizando la totalidad del Conocimiento, con el cual en Tíbet sojuzga los demonios del Bön indígena y los convierte en protectores del Dharma. El Libro Tibetano de la Gran Liberación, de Evans Wentz, nos entrega su extensa biografía simbólica, que en cada uno de sus actos, que ocurren en días y meses precisos, en consonancia con posiciones y ritmos planetarios, revela las técnicas espirituales que permiten la identificación en el Absoluto.

Siglos después, la Vida de Naropa, rector de la Universidad Budista de Nalanda que renunciando a la comodidad académica y espiritual peregrina hasta el golfo de Bengala buscando en el delta del Ganges la iniciación, es relatada plena de situaciones azarosas -algunas, incluso dolorosas- infligidas por su maestro Tilopa, creador del linaje Kargyupta (Siglo X), mostrando en cada anécdota, un proceso mágico, un recurso alquímico, un método de contemplación, formas de iniciación…que corresponden a fases del tiempo.

Y podemos seguir, hablando de las “vidas” milagrosas de El Gran Yogi Milarepa del Tíbet (Evans Wentz, 1967) discípulo de Marpa a quien inició Naropa; y las de Apolonio de Tiana, el mago de Capadocia (Filóstrato, Siglo II d.C, Ed. Gredós en la traducción de Bernabé Pajares), la de Pitágoras (por Porfirio, el neoplatónico del siglo III) o Empédocles (Siglo V a.C.), para no pasar sino ligeramente sobre Akenatón, el Farón de la Dinastía XVIII cuya iconografía en una de las salas del Museo del Cairo inaugura la nueva estética de quien convirtió en religión de estado la Vía de Iniciación, fundando una nueva capital, creando un nuevo calendario y desautorizando al clero de Amón al advertir que una nueva forma de adaptación de la tradición sagrada estaba en curso. La vida de Jesús es el ejemplo más completo.

Naturalmente, la historia nada puede decir a este respecto, aunque son las referencias de estas vidas proyectadas en el curso de los días, las que marcan los calendarios en todas partes y es su rememoración, o actualización, lo que dota de sentido la existencia de quienes usan esas formas de medir el tiempo, pero, si no hay acceso a estas “adaptaciones”, solo conocemos la parte mecánica del calendario y no el significado de los días y de cada parte del tiempo, ofrecido en la polisemia de los símbolos que cualifica el relato de la vida de los Instructores.

- En el caso de Jesús, un análisis del relato, atendiendo al sentido, nos da una idea de cómo los principios fueron adaptados: su padre trabaja la madera, símbolo del elemento éter; a los doce años, una edad simbólica que se mantiene aun en varios Ritos de la Masonería, “discute” la Ley con los doctores. Como las doce constelaciones zodiacales, elige doce discípulos, sin contar con el hecho de que no fueron contemporáneos, y por lo tanto nunca podrían aparecer juntos como en la gran obra de Da Vinci en la deteriorada pared del refectorio del convento de Santa María de la Gracia en Milán (1495-1497). También se habla hoy de la “apóstol de apóstoles” y primer testigo de la Resurrección que comunica a Pedro y los discípulos. Según los Apócrifos del Nuevo Testamento (Evangelios de Pedro, de Tomás, de Felipe) habría sido su esposa… pero ya que no se trata de la vida de un personaje histórico, tampoco la referencia a una amante-esposa se relaciona con persona alguna, sino con una comunidad que, por razones que piden una explicación más extensa y recursos de una hermenéutica simbólica, es la primera en corroborar la Resurrección del Rabí, como Verbo en un “Cuerpo de Luz”.

Según la Leyenda Dorada, junto al Apóstol Santiago habría alcanzado las costas del Sur de Francia, entre el turquesa del Mediterráneo y el intenso azul que ilumina el cielo del pequeño poblado de Santa María de los Mares, al occidente de Marsella, llevando en su seno la sangre del Salvador lo cual no necesariamente hace referencia a un hijo biológico, como en las elucubraciones del pésimo Código Da Vinci tomado del Legado Mesiánico, sino más bien al Nepesh hebreo como una categoría metafísica de la instrucción del Mesías. “Su” cráneo, junto a un fragmento de tibia ennegrecido, fue cubierto de oro en el medioevo para conservarlos como reliquia pues habría muerto en el Langedoc luego de un retiro de más de 30 años en la gruta de Saint Baube, consagrada desde el neolítico a ritos de fertilidad, al oeste de Aix-en-Provence. Está demás decir que María de Magdala ostenta de modo notable la letra Mem, décimo tercera en el alfabeto hebreo y asociada al Ave Rapaz, jeroglífico del conocimiento entre los egipcios que expresa más bien una forma de hermenéutica oculta, reveladora del misterio de las Escrituras. Su día se conmemora el 22 de Julio. Tampoco se sostiene la idea de Judas como arquetipo popular de la traición: su Evangelio prueba un conocimiento exacto de la misión externa de la Iniciación Crística, que concluye en la crucifixión, y debe evaluarse más allá del anecdótico acto de amor que salva al mundo, como un proceso que se cumple en la historia como el pasaje de una instrucción literal a un ámbito de símbolos…un cambio de estado, de ahí su relación con el Pésaj hebreo, y el Halcón (Horus) de la iconografía egipcia.

Así, ni Jesús es un personaje ni Magdalena una cortesana redimida. Esta imagen que acompaña a algunos instructores es una clave universal, que en el caso del Maestro de Galilea se muestra como la mujer anónima y desconocida, que unge con perfume (emblema del Olfato, primer centro nervofluídico a iluminar en el ser humano) los pies (asociados al signo zodiacal de los Peces) del Avatar de Piscis.

Es importante considerar el papel de la Kedesha, que SRF analiza a partir de la documentación de Erich Neuman y Bachoffen en su primer Propósito Psicológico Disertaciones Filosóficas, Simbología (1956). Literalmente la Santa en los templos de Ishtar, más allá de entregarse a los extranjeros (otro símbolo) y remitir el beneficio al templo, es el emblema de una hermenéutica que descifra un secreto, una vía oculta que cumple en Medio Oriente el papel de la Dombi o lavandera hindú, que con el movimiento de su cadera (Yoga, Inmortalidad y Libertad, tesis doctoral de Mircea Eliade) evoca la acción de Kundalini en el Yoghi que transmuta la energía material de Muladhara en el Absoluto de Sahasrara Padma

Estos eventos son accesibles, especialmente hoy. Sólo es necesario estudiar el método y comprender el lenguaje en el que se describen los principios de esta instrucción. El hecho de que el tema sea tocado en un texto construido en correspondencia con un mecanismo celeste y su manifestación cíclica en la historia humana, permite comprender otro matiz de las técnicas para dar significado al tiempo.

Quienes trabajan en ese aspecto de la transmisión, iniciados al Gran Saber, están conscientes del signficado de su época y de cómo operar para encontrar los Principios en el mundo de los hechos, pues para sacralizar la historia, cada edad tiene su Instructor que “marca los tiempos…”. Entre los musulmanes es “El Polo” de una época, el gran productor de significados, que luego anima órdenes y linajes, en función de la operación de estos principios. Por lo tanto, son las acciones que un Avatar despliega a lo largo de su vida, contempladas como la experiencia concreta de un Arquetipo, las que dotan de significación al cosmos.

A partir de estas adaptaciones, se puede leer el pasado y utilizar el calendario maya o cualquier otro (tal vez a excepción del calendario fundamentado en nada por los “revolucionarios” que en Francia entronizaron a la diosa razón en Notre Dame) para el fin para el cual se construyen: mostrar el sentido de la realidad. Es a esto a lo que hace referencia la idea de que el Tzolkin no pude interpretarse correctamente tomando en cuenta sólo los números en tanto que cantidades, que de todos modos ponen en relación la cuenta de los días mesoamericanos con procesos equivalentes en otros pueblos y épocas. No sólo importa el cómputo que maneja cantidades o fechas, sino el significado de esos tramos de la realidad, visto a través de imágenes ligadas a los ideogramas de las lenguas sagradas y a la estructura y significado de los números.

Para poder hacer una investigación de esta muy específica y sutil realidad, es indispensable una Hermenéutica Sagrada, que haya puesto en conexión todos los símbolos, unos con otros, hasta lograr una comprensión de conjunto de la realidad como un Gran Símbolo; el Budismo Mahayana diría un Gran Sello, el Maha Mudra que el yogui medita permanentemente. Templo de Luz al que entra el Sufí, cuando termina sus circunvalaciones de la Kaaba en búsqueda de la Verdad. Un Mandala total, como el que trazaba Cortázar en la pared, con fragmentos de su propia vida, fotografías, encuentros y abandonos, escritos y experiencias, nacimientos, sueños, muertes y resurrecciones…todos en fechas muy concretas. Es la Vía que conduce a la iluminación por la contemplación de la propia vida como expresión arquetípica de la realidad.

Podríamos decir que este “desarrollo”, en lenguaje alquímico, proviene de una operación sucesiva sobre los productos de un catabolismo aplicado a las ideas, a los conceptos, a las definiciones y al significado que estamos dispuestos a atribuir a las cosas. La imagen de la fragmentación de Osiris, a manos de su hermano Seth, en la leyenda que transmitió Plutarco, está en relación con este proceso. De modo idéntico ocurre en el ámbito del chamanismo (Las técnicas arcaicas del éxtasis. M. Eliade) donde el cuerpo del sabio es fragmentado por los pájaros divinos, generalmente en un sueño o en un “vuelo mágico” que sigue al uso de algún enteógeno y que tiene implícito el significado de una deconstrucción necesaria para rearmar el sentido de la realidad a partir de las experiencias que siguen al proceso de iniciación en la vía del chamanismo.

Es a partir de referencias a un todo estructurado con toda la información que revela el estado espiritual del mundo en la composición de cada episteme, que ocurre la única de-construcción verdadera, a diferencia de varias propuestas incomprensibles presentes en el arte contemporáneo que tienen a esta operación como un fin en sí mismo, lo cual, de todos modos, como se muestra en la famosa representación de una pipa (1928) debajo de la cual el pintor Magritte escribió Ceci n’est pas un pipe es el primer paso hacia una conciencia de intencionalidad estética. Este proceso de fragmentación y casi descontextualización, tiene por objetivo disponer de los elementos necesarios para llevar adelante un nuevo proceso de instrucción: anabolismo en este “saber”-sapere que alude a una nutrición especial, un alimento para el buscador, Maná del desierto, ambrosía, soma o hidromiel. El mecanismo de Iniciación pone estos elementos al alcance de los iniciados que al fin contarán con un lenguaje que les permita comprender el significado real de los textos y la posición que ellos mismos ocupan en la operación, en el mecanismo iniciático que está en curso.

No hace falta “atribuir significado” al tiempo, basta con leer su sentido en los hechos que se despliegan en su curso.

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Los eclipses sáricos

- Nacidos en la década del 50 en América del Sur, no era la primera vez que reflexionaban acerca del destino que parecían compartir. Cuando hablaban de su infancia, no conservaban la imagen de un padre, porque no existió una permanente relación con él, no lo conocieron o porque murió cuando todavía no podían guardar su recuerdo. En cada uno, la poderosa figura materna era la influencia más importante que registraban sus vidas, hasta la veintena de años cuando se encontraron a inicios de los 70´s al ingresar de modo independiente a la misma organización, buscando una verdad que no dudaban debía existir en algún libro, en alguna escuela, en la enseñanza de algún maestro, en alguna época.

Vivieron diez años en una de las primeras ONGs que reunía adeptos en varios continentes, concebida para unir en una sola acción de buena voluntad y conocimiento a todos los grupos humanos dedicados a la investigación científica, la filosofía, el cultivo del arte o la promoción de nuevas formas pedagógicas, sirviendo a un ideal de tolerancia y búsqueda de la verdad indispensables para alcanzar un estado de paz universal.

Sin embargo, las cosas no funcionaban exactamente así en la Fundación y las disensiones aparecieron pronto. Como en muchas organizaciones, la mayoría de sus integrantes no estaban muy interesados en el pensamiento del fundador sino en cumplir consignas y dar salida a confusas emociones o pequeñas ambiciones de poder que disfrazadas a veces de realización se hacían patentes gracias al tamaño de la cruz-emblema con los cuatro signos fijos del Zodíaco que llevaban en el pecho, pendiente de un cordón cuyo color señalaba el grado de iniciación alcanzado en la Orden del Aquarius.

Siempre los impresionó la capacidad de síntesis del Fundador, autodidacta nacido en París el 18 de Enero de 1916, a las 2:45 minutos de la mañana. Aunque carecía del respaldo académico necesario para que sus conclusiones científicas y descubrimientos visionarios fueran aceptados como rutas abiertas en la búsqueda de la liberación, bajo los cien títulos que escribió había reunido a más de mil autores estudiados en los casi 47 años de una vida consagrada a crear una Vía de autorrealización a partir del conocimiento de todas las civilizaciones y culturas. Construyó con datos de múltiple procedencia, estructurados y unificados en su visión de la Tradición Iniciática, una ruta universal hacia el Yug, estado de identificación en el Absoluto.

Los tres amigos, mientras formaban parte de la organización, trabajando para “un mundo unido por la sabiduría” -que la visionaria percepción de uno de los discípulos del Sabio presentía en el futuro- encontraron por primera vez una verdadera síntesis de saberes que no provenía de algún eclecticismo exótico y hundía sus raíces en un tiempo que los hombres apenas podían conjeturar. SRF hablaba de “una Tradición que no necesita ser defendida sino simplemente expuesta, para aquellos que demandan saber”.

El método exigía “el conocimiento científico y preciso de los hechos, indispensable para construir el edificio más subjetivo que se necesita para llegar a Dios” (Yug Yoga Yoghismo, 1952) y era esta posibilidad, claramente accesible, la que de distintos modos iba a entretejer sus vidas con la vasta literatura de SRF, que reunía el pensamiento de Fo Hi, Confucio, Lao Tzé, Chuang Tzu,Valmiki, Vyasa, Siddhartha Gautama, Moisés, Zoroastro, Pitágoras, Platón, Aristóteles, Jesús, Mohammed, con el de Ibn Arabi, Shorawardi, Averroes, Avicena, Al Gazali, Mani, Lullio, Tomás de Aquino, Galileo, Descartes, Newton, Einstein, y un largo etcétera, con la misión de los Artistas señalada a través del conocimiento y la experiencia personal en su Sexto Mensaje: El Arte en la Nueva Era (1952).

G, no pudo ser “captado” por una izquierda ineficaz aunque tuvo alguna inclinación política en la universidad mientras estudiaba medicina. Nació en 1950 y doce años después la llamada despertó en él recuerdos que aún no podía reconocer. No sabía si era el anciano maestro que contemplaba la lluvia mientras esperaba ansiosamente o el joven que corría a su encuentro en medio de la garúa, buscando la choza construida con bambú en la región selvática de un sueño recurrente. Siempre recordaba el 27 de Diciembre del ’62, cuando con sus ahorros compró Religiones y Filosofías de Asia, donde descubrió al Budismo que cuatro décadas más tarde vería en él su posibilidad de volver a ser parte de una Vía Tradicional en Occidente. De los tres, era el único que reconocía “una Transmisión llegada en interminables conversaciones semanales” con su padre.

No abandonaba el puerto en el Golfo del río del Paraíso que corre hacia occidente, abierto frente al Pacífico y cercano al paralelo 0°. En su gran figura el “pensamiento lateral” con el que organizaba la enorme cultura que fue acumulando en lecturas sistemáticas, se había instalado para siempre. Sus amigos lo llamaban Gora, y junto a su talento político y organizador estaba el de encontrarse con personajes amorfos que en contacto con su sensatez y valor moral se transformaban en seres prudentes y veraces. Actuó siempre como un Gora, aún antes de saber que en oriente los gurúes disipaban las tinieblas.

Hivo sólo guardaba de su padre el recuerdo de la fiebre reumática que detuvo su corazón un poco más allá de los treinta años y un dibujo a plumilla del Cristo Triunfante que abre sus brazos abarcando al mundo, sobre la Bahía de Copacabana. Reservado por casi tres décadas, su madre se lo entregó cuando luego de 17 años gastados en recorrer América del Sur, el hijo regresó a Valdivia, puerto chileno enclavado entre lagos y bosques del paralelo 40° sur, donde nació, en la Noche de Todos los Santos del ‘51. Aunque nunca tuvo inclinaciones religiosas, a los 23 años un enteógeno con el que se cruzó en Colombia le anunció que el Cristo había vuelto ya y reunía a los suyos en algún lugar de Sudamérica. A los dos días de esta revelación, caminaba sin rumbo por una avenida bogotana cuando desde el escaparate de una librería, la fotografía de un hombre de 33 años lo miró, desbordando serenidad y conocimiento. Era la portada de Los Grandes Mensajes (1947-1950) que, junto a las otras obras del Fundador jamás dejaría de investigar cada día de los cuarenta años siguientes. Sintió que se abría ante él un camino de realización crística. Encontraría a Gora y al discípulo del Sabio autor de los Mensajes, en el Golfo.

En cuanto a Omm, nació junto a un volcán, en los Idus de Marzo del Año del Aullido “He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, famélicos, histéricos, desnudos, arrastrándose por las calles, buscando una dosis furiosa al amanecer…” (Howl, Ginsberg). Vivía en los Andes Centrales, entre las cinco montañas del volcán Pichincha. En su casa y junto al Kuntur Guanchana o “lugar donde nacen los cóndores”, se encontraron a lo largo de dos décadas investigadores y discípulos que surgían del pensamiento de SRF.

Sin linaje, sin padre y casi sin madre, sobrevivió a una infancia violenta por su amor a los libros. En cuanto aprendió a leer en la primera escuela que se fundó en América (1555) donde el undécimo Rey Inca gobernaba el imperio y Cantuña, Maestro de los Herreros, con ayuda del demonio construyó la iglesia de San Francisco por encargo de los flamencos que llegaron con el primer grano de trigo a las Américas, bebió en los zaguanes de la colonial ciudad las mitologías griega y latina, nórdica e hindú en revistas ávidamente esperadas los martes de todas las semanas. En el antiguo Colegio de Artes y Oficios se encontró frente al emblema “Ora et labora” impreso, bajo la “X” de su escudo, sobre un campo de oro, y escuchó la primera mención a la Alquimia. A los 19 años, cuando estudiaba medicina, concluyó que el saber de Oriente y Occidente hacían una sola Vía que él iba a recorrer en las décadas siguientes en los cuatro mil libros que reunió bajo la guía del Sabio francés. Le daba igual convertirse en artista o neurocirujano pues desde que con un telescopio casero vio a Mintaka, solo buscaba comprender el significado de las tres estrellas del cinturón de Orión que cada noche pasaban exactamente sobre el techo de su casa, en la línea ecuatorial.

- Su amistad se forjó al calor de incesantes investigaciones filosóficas en búsqueda de la Verdad. Los cuestionamientos que hicieron a la inercia e ignorancia generales en la Fundación determinaron la expulsión de los tres. Enviados al desierto por su último director general, viajaron entre los mundos del imaginal, investigando durante tres años los 36 Propósitos Psicológicos del Maestro que iba iluminando sus vidas a través de las experiencias provocadas por la inmemorial Tradición Iniciática que transmitía, al inicio de la Era del Aquarius, Edad de Oro esperada en tantas partes.

Fue entonces cuando descubrieron el significado de la afirmación con la cual, dos mil años atrás y bajo el emblema del Águila, Juan iniciaba su “Buena Nueva” (Ev, aggelion) según el término generalizado por Pablo en el Siglo I:

In principio erat verbum
et Verbum erat apud Deum
et Deus erat Verbum.

No sólo El Principio, el fundamento ontológico de todo, sino Dios mismo era Verbo, Logos, Palabra, Instrucción…No había ninguna necesidad de personificar un Principio al que la tradición hebrea llamaba Baereschit. Y ese Principio en efecto era palabra, y además estaba escrita. Por eso los discípulos habían puesto en labios del Rabí, el secreto que atravesaba las edades: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras, no pasarán…” (Mateo 24,35).

No era necesario ir tras personajes u organización alguna. Todo, desde el inicio y hasta el final, era una interminable sucesión de letras que, como los decimales infinitos de Pi, manifestaba el multiverso creando el espacio, el tiempo, todas las cosas y a nosotros mismos. 

De forma clara, ellos eran algo así como el primer fruto de un inédito experimento de autorrealización, operación tradicional que se volvía accesible a todos a través del estudio y la investigación de la Verdad reservada en los libros sagrados de todas las tradiciones y en las obras de todos los hombres de pensamiento; cada vez serían más numerosos los seres que “por medio del estudio, del progreso espiritual” construirían “un cuerpo de luz (astral) capaz de resistir a la disolución (disociación)” salvando la individualidad en el momento en que sus cuerpos físicos se disuelvan, como había escrito el Fundador en su Cuarto Mensaje, Ciencia y Religión, en 1949.

Investigando las Ciencias Tradicionales por medio de una Hermenéutica de lo sagrado, a través de un sistema de claves veladas en sus obras por el Sabio, encontraron una Vía de Iniciación real que jamás perdía su vigencia y eficacia, de modo que era posible leer su propio destino y el de la humanidad concebida como un Hombre Colectivo, en la vida de los arquetipos, de las formas de Vishnu: Thulis en Egipto, Crito en Caldea, Krishna en la India, Atys en Frigia, Tammul en Siria, Hesus entre los celtas, Bali en Orisa, Indra en Tibet, Iac en Nepal, Alcestes en Grecia, Buddha en la India, Devatat en Siam, Mithra en Persia, Quetzalcoátl en México, Prometeo en el Cáucaso, Quirinus e Ixión en Roma… (SRF, Mensaje III, cit. Pro-Vida, Junio, 1948). Algunos de ellos aparecían al inicio de las Eras precesionales, otros, en intervalos de 500 años y todos traían un mensaje espiritual en un lenguaje de símbolos que, adaptando las formas, conservaba la esencia de una Instrucción original perpetuada a través de las edades. Todos los instructores vivían el mismo modelo, transitaban estaciones semejantes y experiencias equivalentes. Y, a causa de la misma precesión equinoccial, afirmaba el Sabio, llegaba el tiempo de una iluminación colectiva, a través de lo que H llamó “la colectivización de la búsqueda…”

Así, una de las cartas del Fundador que leyeron en 1986, publicada por primera vez por D. Ferriz, su cuarto discípulo (El Retiro del Maestre, p. 78, 1985), les hizo comprender que era posible leer un destino colectivo en la vida de un Arquetipo, aunque esto tenía como condición la experiencia de identificación bien conocida en la Yoga, para interpretar los datos referidos a la vida del Maestro (Buddha) en relación con el conjunto de seres (Shanga) que contemplaran su enseñanza (Dharma). ¿Se puede tomar Refugio en abstracto? –se preguntaron- Para operar con los sistemas de iniciación tradicional, se requería una adaptación…

Entonces, reflexionaron en su punto de origen. “Nacidos” en medio de la primera Gran Guerra, mientras se enfrentaban los imperios Austro-húngaro, Alemán y Otomano más Italia, con los imperios Ruso, Británico y Francia, a las 2:45 horas de un miércoles 18 de Enero de 1916, en el No. 5 de la Granje aux Belles, al lado derecho del Sena cuando, señalando la Natividad, el Sol transitaba por el Signo de Capricornio y el signo de Escorpión se levantaba en Oriente, marcando el Ascendente (Sector I). “Recordaron” los días de verano cuando con su madre Marie Virginie caminaban hasta el puente cercano en el Canal Saint Martin y veían al anciano que sentado apaciblemente en el Jardin des Recollets, frente al viejo Hotel Du Nord, alimentaba a las palomas mientras las esclusas abiertas varias veces al día dejaban pasar las barcazas que transportaban carbón entre las bandadas de patos que nadaban en este ramal del río.

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La madre no cuidó de SRF sino hasta la Navidad de 1920, cuando murió a la medianoche del 25 de Diciembre, en Bruselas, a donde la familia se había trasladado un poco antes, el año en que se produjo el Primer Eclipse sárico, es decir, el paso de la Luna cubriendo al Sol en el grado 20° de Escorpión que marca su Ascendente, el 12 de Noviembre de 1919. En sincronía con este evento astronómico, vivió un cambio de país, de Francia a Bélgica, y de situación, “positivo” para él y para ellos, con un nuevo examen de las creencias religiosas que participaban en la construcción de sus personalidades. Tal vez hay que subrayar que en este contexto los términos positivo-negativo no implican un juicio de valor o una calificación, sino un criterio de clasificación.

Ocho años después, en el Segundo Eclipse sobre su Ascendente también el 12 de Noviembre, en 1928, no hubo un cambio “positivo”, de país o situación, sino el viaje de su padre al Congo “alejándose de mi, eclipse sobre el Ascendente, o sea, el Padre eclipsándose, tomada de una nueva individualidad de un modo. No se si me entiende en este lenguaje simbólico…” escribió el Maestro a su discípulo décadas después, en una de las dos mil cartas que le envió entre 1953 y 1962 desde su retiro en Niza, valiéndose del Español aprendido durante su estancia en Venezuela entre 1948 y 1949.

Así, se evidenciaba todo el sentido de lo que había develado en su Sexto Mensaje sobre El Arte bajo el Capítulo Canto y Danza asociado al elemento Aire, al analizar las últimas palabras que Jesús pronunció en la cruz y particularmente el término “abandonado” que se encuentra en el Salmo 22,1 como Eli, Eli (Aleph, Lamed, Iod) Lamah (Lameth, Mem, He) azbth.ni (Ayin, Zain, Beth, Taw, Nun,Iod) : “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado?. Frase que sella un ciclo de 22 cifras o letras al concluir la mitad obscura del Gran Arcano dibujado por el mago décimonónico Eliphas Leví en su Clave de los Misterios. Sobre el Trono de Justicia, donde Anahata muestra la salida hacia Vicchudha, la frase se repite en el relato de la Crucifixión que hace Mateo, el Apóstol que tiene por emblema al Ángel, vinculado a la Edad del Aguador: “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz dicendo Elí, Elí, ¿lama saabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (27,46)

El Sabio remitía esta frase a la versión maya del historiador Antonio Batres Jáuregui (1847-1929) miembro fundador de la Academia Guatemalteca de la Lengua, cuya obra conoció al abandonar América del Norte en su pasaje a Venezuela. El Catedrático de la Universidad de San Carlos, autor de los tres tomos La América Central ante la Historia (1915, 1920 y 1921) escribió “las últimas palabras de Jesús en la cruz estaban en Naga (Maya), la más vieja lengua conocida” de modo que Heli Lamah Zabac Tani en una traducción libre desde esta lengua se leía como: “Ahora me hundo en la pre-alba de tu presencia”…

El Sabio, que había sobrepuesto la figura invertida del Arcano a la geografía americana, haciendo coincidir su centro con América Central, relacionaba además estas palabras con una lengua proveniente de Mu, el continente desaparecido en el Pacífico: HELE, HELE, LAMAT, ZABAC, TANI.

Así, cumplida la crucifixión, exclamaba con Jesús “la oscuridad cubre mi faz, todo se torna luminoso por encima de mí…” “la sombra desciende sobre mí, sobre mi persona, es necesario que yo desaparezca para RE-nacer de nuevo”, “yo me vuelvo oculto” y “voy a confundirme con la sombra”…

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El 12 de noviembre de 1947 ocurrió el Tercer eclipse sárico, nuevamente positivo; a los 31 años dejó Francia (cambio de país) e inició el peregrinaje que lo llevaría por cinco continentes, dejó crecer sus cabellos y su barba y tomando la indumentaria de los antiguos bardos, como los actores de Epidauro asumió una “personalidad” que vinculaba abiertamente su apariencia con la forma de un profeta mesiánico. Antes de abandonar Europa en ruta hacia Nueva York, escribió el primero de sus Siete Mensajes, anunciando La venida del Gran Instructor del Mundo. Desde el norte descendió hasta Guatemala y fundó en Caracas la matriz de la organización que iba a ser el “Vehículo público” de la Orden del Aquarius: la Gran Fraternidad Universal, actualmente dividida en una decena de facciones.

Con la misma lógica que conecta un cambio de país o situación, con un “cambio” de personalidad y de apariencia, positivo o visible y objetivo, concreto e incluso “material” y un eclipse en relación con “la madre”, contrapuestos a: alejamiento de algo o alguien, “tomada” de una nueva individualidad, cambio negativo al ser una transmutación invisible en un mundo de ideas y significados, “espiritual” y un eclipse en relación con “el padre”, SRF en su correspondencia escribió acerca del Cuarto Eclipse Sárico sobre su Ascendente natal en el grado 20° de Escorpión, anunciando que “algo o alguien” se alejaría de él, alrededor del 12 de Noviembre de 1966.

En ese año en un hospital de Reikiavik, Islandia, murió Sun Wu Khung, el misterioso “sabio chino” a quien encontró en 1947 en medio de una charla sobre astrología en una librería de los Campos Elíseos. El anciano caucásico que cruzaba las fronteras entre los países europeos con un pasaporte que anunciaba su conocimiento de los ideogramas del lejano Oriente, caminaba enérgicamente entre Niza y Cannes, visitando a Alexandra David Neel; amigo de Roger Godet, Ives Klein y Serge Bouclair quien publicó un artículo sobre él, y sus fotografías en el número XXIII de la casi mítica revista Planete dirigida por Pawels y Bergier…SWK definió una parte de la Tarea que realizaría este Instructor.

Pero Serge Raynaud de la Ferriére falleció el 27 de Diciembre de 1962, luego de una complicación diabética, 22 días antes de cumplir 47 años. En coma desde el 24 de Diciembre, fue trasladado desde un puerto de esquí en los Alpes Marítimos, hasta el hospital de Niza, en la parte baja de la colina de Carabacel donde vivía, en el No. 10 de la Avenue D’Anvers. Dejaba una extensa obra escrita, docenas de pinturas y dibujos, más de tres mil cartas donde instruía y organizaba el trabajo de una fundación que contó sus miembros por miles en más de 60 países y una Vía, un Sistema para la autorrealización ontológica, construido con todos los saberes del episteme en que vivió.

No se comprende, sin su literatura, el tipo de acción que llevó adelante con su Fundación, obra viviente y abierta, verdadero Performance-en-progreso ejecutado con especial maestría para crear situaciones que involucraron a centenas de seres a lo largo de casi siete décadas y en países de varios continentes.

En medio de numerosas contradicciones, generadas por el mismo Teurgo en el curso de una operación tradicional que creaba en su organización la tensión necesaria para “cambiar de estado” (Mensaje Cuarto, 1950), su Fundación sobrevivió y durante el Quinto Eclipse Sárico (positivo, cambio de personalidad y alejamiento de la madre) que ocurrió el 12 de Noviembre de 1985, los tres amigos antes vinculados a la matriz de Venezuela, se encontraron en la latitud 0°. Expulsados públicamente y aislados, observando el Rit investigaron el centenar de obras escritas por el Fundador, iniciando un sendero de transmutación cuyo fundamento era el Pensamiento que los llevaría a Moksha y a la Identificación, a través de un discipulado del Verbo en todas sus versiones y de la Literatura, contemplada como Mandala y Yentram integrados con datos de todas partes y con la totalidad de sus propias vidas “Cuando se pide a los discípulos estudiar y estudiar más, es para enseñarles a interesarse en ellos mismos…” había escrito en sus “Propósitos” el Sabio (SRF, 1957).

En 1987, luego de los tres años de Wanderjahre, como en la instrucción que recibieron Durero y los artistas cercanos al Renacimiento, un peregrinaje los condujo por los lugares sagrados de América del Sur, hasta la visión del Graal en las montañas cercanas a Cuzco “en las paredes de un antiguo templo inca” del pueblo del Arcoiris, a las seis de la tarde del 15 de Marzo de 1987.

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El Sexto Eclipse

Después de haber triturado y tamizado fiemo de la lagartijas, hueso de jibia, tártaro de vino blanco, raíz de cuerno de ciervo, coral blanco y harina de arroz en cantidades iguales…” escribió Alberto Magno (1206-1280), maestro de Tomás de Aquino, en la “Receta para embellecer” de su Tratado mágico que SRF interpretó en Los Misterios Revelados (1949) y desde una hermenéutica sagrada como “Después de haberse puesto de acuerdo sobre el ritual y de haberse purificado habría que aislarse en la hora de Saturno, en la segunda década de Noviembre (fiemo de lagartijas: fines del signo de Escorpión)…preparar bitartrato de calcio y pimentón (tártaro de vino y coral blanco), etc…Que conviene estudiar junto a las instrucciones sobre el “Maestro del Ascendente” de su Simbolismo Astral (1957), como el punto que muestra la condensación y la Salida.

- El 22 de Enero de 1979 la órbita excéntrica de Plutón atravesó a la de Neptuno que quedó como noveno planeta y el más alejado del Sistema Solar. Durante 20 de los 248 años que toma su órbita, el planetoide cuya presencia fue intuida matemáticamente por Percival Lowell, hizo su recorrido más cerca de la Tierra, como octavo planeta y “por dentro” de la órbita de Neptuno, en sincronía con un cambio profundo en el estado mental de los hombres por una experiencia de transmutación (Plutón) en el trabajo poco visible de infiltración de la Tradición en la cultura global, iniciado en los 50´.

“Quoth the Raven nevermore…!”

Opus Nigrum con Sol Negro. Profeta Ala-de-cuervo, Espíritu o Demonio, vuela hasta el mármol de Palas-Atenea, frente al libro de tradiciones olvidadas. Sol de la Melancolía para el vagabundo de las costas de la noche

Once upon a midnight dreary…

Diez años más tarde, las puertas de la Obra Blanca se abren en Ceylán y Bala, la fuerza de la paz que irradia Chandra, libera las águilas que iluminan las treinta y seis entradas del alma, creando el cuerpo con el cual El-La-Humanidad es auto-consciente de su “extracción”.

Veinte y cuatro mil años el Gran Año Babilónico,
veinticuatro mil años la vida media del Plutonio
canta Withman Atómico en su Oda.

- El 14 de Marzo de 1999 Plutón cruzó nuevamente, esta vez hacia el exterior del Sistema Solar, la órbita del altruista Neptuno que ahora transita sobre el signo de los Peces y trae el mensaje del arte desde la parte más sutil del universo, brotando como experiencias colectivas que configuran una psiquis diferente. Es necesario reconocer que pocas veces en la historia humana han sido visibles fenómenos como el de Plaza Sol, Tahrir o la Primavera Árabe, que reúnen a través de la información, en sincronía con Mercurio, uno de los “regentes” de la época, a grandes grupos humanos, sin distinción de edad o sexo, filiación política, país o religión.

Por otra parte, los últimos trece años de la Quinta Cuenta Larga del calendario maya se iniciaron con el Eclipse total de Sol que el 11 de Agosto de 1999 recorrió Inglaterra, Europa Central, los países eslavos, la antigua Persia e India, extinguiéndose cerca del Golfo de Bengala, mientras en los cielos se hizo visible una distribución de siete planetas en la cruz formada por los cuatro signos fijos del Zodíaco. En el Aguador se encontraron Urano y Neptuno; en el Toro, la conjunción Júpiter- Saturno; la Luna eclipsó al Sol en el León y Marte transitó por Escorpión, evocando a la vez la visión de la Mercabah de Ezequiel junto al Quebar caldeo, la “Señal del Hijo del Hombre” a la que aludió Mateo (24,30) y la Esfinge de Gizeh con su cabeza de Hombre, cuerpo de Toro, patas de León y cola de Escorpión, que desde hace 52 siglos contempla el nacimiento de Ra junto al Nilo.

Sabemos que en 2012 Neptuno ingresó a su domicilio simbólico en Los Peces, en el Zodíaco Trópico formado por los signos, desfasado con respecto a la constelación de Piscis del Zodíaco Sidéreo a causa de la precesión equinoccial. Según el cosmobiólogo Jungbluth, este evento está en sincronía con la manifestaciones individual de una “nueva psicología” que prepara el standard de la humanidad futura, cuando este aspecto que marca a colectividades, se convierta en el estado social de una “nueva humanidad” al llegar Neptuno en su recorrido sobre la eclíptica ante la constelación de Piscis, en el Zodíaco Sidéreo, es decir, en la “realidad astronómica”, entre los años 2023 y 2026.

Para interpretar correctamente el significado de los movimientos del planeta de la mística directa, hay que tomar en cuenta que “en la Cosmobiología utilizamos el horóscopo de traslación o tropical para explicar las manifestaciones emocionales y psicológicas de los individuos, y el horóscopo de precesión o sideral para abordar las manifestaciones del pensamiento, del intelecto, de las colectividades” subraya el cosmobiólogo que estudió en los 70’s en las escuelas de la Fundación del Sabio.

Además de estas características de Plutón y Neptuno, hay otros elementos en sincronía con los encuentros de una humanidad que busca la transparencia, como la presencia de Urano en Aquarius, asociado a la genialidad que impulsa el conocimiento profundo de la naturaleza (cosmologías estructuradas con una visión holística, desciframiento del genoma, descubrimiento de la partícula de Higgs) y también la rectitud moral revalorizada luego del descalabro mundial del sistema económico perpetrado por un capitalismo irresponsable con los hombres y con la naturaleza. Se producen “colectivas tomas de conciencia” que buscan remplazar el desequilibrio en las relaciones humanas fundadas en “ganar”, por la cooperación y la solidaridad. “No somos mercancías” es el grito que sacudió a Fuenteovejuna ante la impavidez de dirigentes y regímenes políticos, tan inútiles como las formas religiosas que sólo han insistido en la literalidad de las obras sagradas. Todo esto pone a la humanidad a las puertas de un “despertamiento colectivo”, simultáneo en las ciencias y en la filosofía, en los ámbitos moral y espiritual, descubriendo la vida psicológica que discurre en el universo de símbolos que empieza a ser entendido en el progreso hacia la iluminación, superando el adormecimiento de todas las creencias.

Los eventos contemporáneos de hecho “rebasan la sociología corriente” y tienen el carácter de una Segunda Venida sin “personajes” y sin religión. Con el mismo método espiritual creado hace dos mil años en la primera manifestación de la Iniciación Crística, el Hijo del Hombre progresa hoy positivamente y comprende el sentido de la ciencia en la ruta de su reintegración en el Absoluto, gracias al conocimiento que se anuncia entre las trompetas de la Fanfarria para un hombre común ( A. Copland, 1942).

- Trece años después del eclipse que formó la “cruz cósmica” en 1999 y durante el Sexto Eclipse Sárico sobre el Ascendente de este Arquetipo, el 13 de Noviembre de 2012, la Luna ocultará al Sol que ilumina la constelación de Ophiucchus, el Médico Divino, Imhotep egipcio y Esculapio griego, pero también Plutón en la correspondencia cosmobiológica, pues “gobierna” el signo de Escorpión, abriendo las puertas a la Medicina Universal, el cumplimiento místico y la piedra filosofal, tres productos de la Gran Obra de Transmutación Alquímica, individual y colectiva.

Visible en el Pacífico Sur, hacia el final del día su sombra que viaja sobre el Paralelo 30°, desde Australia hacia América del Sur, se extinguirá a pocos kilómetros de la Isla Robinson Crusoe al oeste de las costas de Chile, tocando la ruta que hace 1313 años recorrió el eclipse (701) en sincronía con la desaparición de Paqal-Chan Balum, en el siglo en que Jibrail -el Ángel del Conocimiento- en una gruta, “dio a comer” el Qorán al Profeta Mohammed, iniciando el Islam, del que surgen el Imamato shiita y la Walayat. Pero también en el tiempo de la iluminación de Hui Neng, sexto patriarca del Budismo Ch’an, autor del Sutra de la Plataforma.

La vibración de ese luminoso siglo VII se puede percibir al recordar que en esa época nacieron Alí (599-600) en Oriente Medio; Hung Ren, el V Patriarca del Budismo Chino (601) y Pakal en Palenque (603). Mohammed encontró al Ángel (610). Paqal tomó el poder en 615 y Mohammed vivió el Miraj en 620, la Hégira se inició en 622. Alí y Fátima se casaron en 623 y la Meca fue conquistada en 630. Mohammed murió en 632. Chan Balum nació en 635 (a los 32 años de Pakal) y Hui Neng alrededor del 636. Wiracocha se desplazó entre 649 y 650. Se inició en 656 el Califato de Alí, el Primer Iman, que murió en 661. El Imam II murió en 669, Pakal construyó su Templo en 673 y el V Patriarca del Budismo Ch’an murió en 674, el III Iman del Shiismo en 681. Pakal murió en 683 y el 7 de Enero de 684 empezó el gobierno de Chan Balum, a sus 50 años; dedicó el Templo y selló la tumba de su padre Paqal en 692. En 699 se produjo un eclipse solar y en el año 700, otro, que pasó por la zona que recorrerá el del 12 de Nov.de 2012, en el Pacífico Sur. Chan Bahlum murió entre 701 y 702; el Islam entró en la Península Ibérica hacia el 711…Todo ese siglo y toda esa vibración es la que se actualizará en estas fechas.

Será un tránsito “negativo”, asociado a la “toma de una nueva individualidad”, que en sincronicidad con la entrada a partir de 2012 de Neptuno en el signo de los Peces del Zodíaco Trópico, anuncia una experiencia mística al margen de la influencia de jefes religiosos o credos particulares, a partir de la reflexión humana alrededor de sus propios descubrimientos. En un global, la sombra que desciende “ocultará a la persona” que desaparecerá para renacer de nuevo, como colectividad.

I-Na-Ra-Ya, El, La humanidad”

Mucho más que la manifestación personal de una individualidad, se puede entender como el Tercer Estado de la divinidad en “unión con la colectividad”, realizada por seres que, como corresponde a la manera de aprender con el Sol en Aquarius, tienen la experiencia personal como guía y contribución a la búsqueda colectiva. Es esa la razón por la que en el imaginario y entre la densa información que circula sobre el 2012, se intuye un cambio en el estado mental de todos los seres, antes que una catástrofe física. La percepción de la época es de comunicación total (Mercurio-internet) hacia un cambio que se inició ya en el mundo ético como lo han demostrado los eventos mundiales de la última década, y no tiene porqué esperarse bajo formas únicas, o bajo el control de alguien o de alguna ideología política o religiosa.

Por otro lado, el eclipse llega sobre las aguas hasta el meridiano 81° Oeste, “antípoda” del 81° Este, en cuyo trayecto se realiza el peregrinaje de los Kumbha Mela ( Kumbha, cántaro; Mela, reunión, encuentro), cada 12 años en la India, prescrito en el Mahabharatha.

El de 1950, que se cumplió en Haridwar, al norte de la India, el Sabio lo inició al Sur, en Jaffna, puerto de Sri Lanka sobre el Océano Indico, en la Provincia Norte de la Isla de Ceylán, nacida de la cima del Monte Meru, que se desprendió y cayó en el océano. Allí la Tradición Islámica situó la creación del hombre y la tumba del Khadir y co-existen los espacios simbólicos vividos por los amigos y lectores de Somerseth Maughman que puso su principal novela bajo la cita del Katha Upanishad:

Arduo hallarás pasar sobre el agudo filo de la navaja.
Y penoso es, dicen los sabios, el camino de la salvación…

Escritor y espía de la corona en su tiempo libre, poco antes de la Segunda Guerra mundial inspiró a numerosos “viajeros del espíritu” que llegaron a la India en búsqueda de la iniciación antigua que algunos BRiTanos intuían viva entre los BaRaThas. Hacia allá descendieron Rama y Hanumán, luego de recorrer el subcontinente para rescatar a Sita, esposa del Avatar de Aries secuestrada por el demonio Ravana en su palacio de invierno.

El peregrinaje, prescrito en el Mahabharatha y los Puranas, celebra cada doce años humanos (doce días de los Devas), en cuatro ciudades sagradas (Prayag, Haridwar, Nasik y Ujjaini) determinadas sucesivamente en la Astrología hindú por las posiciones zodiacales del Sol, la Luna y Júpiter, la recuperación de entre los demonios y por parte de Vishnú, del Kumbha, el cántaro donde el dios médico Dhanu Antari, avatar de Vishnú que surgió al inicio del mundo junto a Lakshmi, guardó el Soma védico o Amrita (a=alfa privativo, traducido como “sin” o “no”, y mrt=muerte)…La Bebida de la Inmortalidad, creada con el Divino Terapeuta y la Diosa de la Belleza cuando Devas (Dioses) y Asuras (demonios) en mutua colaboración batieron (Samudra mantana) el Océano de Leche del caos primordial, para conservar y alimentar la vida originaria, con la montaña Mandara (Batidor, Eje y Lanza), impulsada por el Rey de las Serpientes, Vasuki Ananta Naga (An=sin, anta=fin, Naga=Serpiente) principio del Movimiento, en el caparazón de Kurma (Tortuga), lo más antiguo, lo arcaico originario, otra de las manifestaciones de Vishnú que por su forma evoca la Eclíptica.

Es inevitable la asociación del creador de la medicina Ayurvédica, cuyo nombre alude a un semicírculo (Dhanu=arco) con Opphiuchus, el Serpentario, Imhotep egipcio, Asclepios griego, Esculapio latino, Cristo curador en su Segunda Venida, que sostienen junto a Sagitario (domicilio de Júpiter) a la Serpiente, constelación que evoca al Kundalini hindú, la Shakti hebrea, la Dynamis griega o la Energía de la fórmula que describe el universo: E=mc2

El trayecto del Kumbha Mela hindú atraviesa siete ciudades sagradas y culmina en el Kailash Rimpoche, montaña santa en el Transhimalaya y residencia de Shiva, que guarda la cueva de Zutrulphuk donde el gran yoghi tibetano Milarepa (1052-1135) realizó el secreto que el linaje Kagyu del Budismo (Siglo X) ocultó en el Mahamudra y el Po-wa. Teofanía del Monte Meru, en el hombre es Sahasrara Padma, el Loto de mil pétalos cuya iluminación se expresa como el estado de Samadhi o experiencia supra-conciencial de identificación en el Absoluto.


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Muzhutun unmai (Todo es verdad)

- El 15 de Marzo de 1950, SRF desembarcó en Colombo, Sri Lanka, la antigua isla de Ceylán, varias de cuyas ciudades ancestrales mencionadas en el Ramayana, se encuentran bajo el océano. Es el punto más meridional del subcontinente indio a 6° de latitud sur y 79° de longitud oriental. Allí inició el peregrinaje que lo convertiría en Paramahamsa al alcanzar el Santo Monte Kailash, en la meseta himalaya.

Dos mil quinientos años antes, Buddha “visitó” la isla. No encontró hombres que pudieran realizar el conocimiento y enseñó a Boddhisattvas y Rakshasas que “Todo es espíritu…” (Cittamatra), en el diálogo que Mahamati conservó como el Saddharmalankavatara Sutra: El Avatar (o descenso) del Dharma en Lanka. Avatar, individuo y colectividad, Enseñanza, Sanathana Dharma…Ley eternal. Mil años después (c.525) este Sutra acompañaba a Boddhidharma “Una piedra en Ch’an…”, vigésimo octavo patriarca del linaje de los Budhas, , que en su viaje de India a China, donde, según la tradición, meditó tres mil días sentado frente a una roca, lo transmitió, junto al Cuenco y el Manto, a Hui Ke, Primer Patriarca del Budhismo chino (D.T. Suzuki,1926)

Oru pollappum illai (Todo está bien)

- En Jaffna, sede de una milenaria vida espiritual, (se encontraban en Sri Lanka no sólo cultores del Budismo Theravada, sino también Budistas del Mahayana, Tántricos, Hinduistas, Jainistas, Sufíes, y hasta cristianos nestorianos…según Manik Sandrasaga) el 17 de Marzo, el Sabio SRF buscó al Gurú de su amigo Roger Simetyes, Gauri Bala Giri, “Swami Alemán” (Peter Joachim Schoenfeldt, 1906-1984) de Kataragama, del linaje del Sabio Profesor Navaratman de Vannarpunai a su vez discípulo de Shri Swami Guruji Yogaswami de Nallur(1872-1964), que recibió la Diksha de Swami Challapa y éste de Swami Kadai de Jaffna, Maha purusha (Gran hombre-espíritu) que, según las referencias de la Arya Shanga, llegó al sur de la India en 1862 y vivió en el Gran Bazar (Presentación radial de Sri Lanka Broadcasting Corporation, por K. Ramachandran,trad. 1992); sin lugar de nacimiento y “sin pasado material” pues para cada encarnación de la no-dualidad que incluya al tiempo, todo es presente y sucede ahora… El Guruji no estaba en la historia, aunque provenía de Karnataka y aprendió del 32do. Pontífice del Shankaracharya Pheetan: Sri Narasimha Bharati (ss. XVII y XVIII) que transmitió el conocimiento No-dual (Advaita), recibido de una larga sucesión de Maestros como Siva Dakshinamurti heredero de uno de los cuatro linajes del Sublime Adi Shankara (788-820), en quien descendió la Unidad como una transmisión de luz que llega hasta nosotros.

- Iniciado al Sanyasa, cuarto Ashrama de la tradición hindú, estado de renuncia total que implica la muerte a la vida social y con las instrucciones que regulan la conducta sanyasin, el Sabio recibió el Sri Yantra, un Mantram y la posición Uttitakukutasana, que forma un triángulo cuyo vértice superior coincide con la cabeza coronando los brazos extendidos hasta elevar todo el cuerpo, suspendido en el aire sobre las manos separadas que se apoyan en el piso, atravesado por otro triángulo que forman las rodillas al rodear los brazos por detrás, mientras los pies unidos en un mudra, entre las manos, sostienen al maestro en equilibrio. Esta estrella de seis puntas creada por el yoghi, deja al emblema del Ojas Shakti Yoga iluminando el conjunto desde el centro con la triple Fuerza Oculta del sol negro.

Después de mostrar al Swami Gauribala unas asanas que ejecutó bajo el mar: “ abajo del agua, pasamos entre las rocas en el fondo de un pequeño río obscuro, adentro mismo de las rocas, y cinco minutos después estuvimos en el mar; magnífica exploración…A la salida es un lugar santo…” él le enseñó a “flotar en el elemento líquido”, a través del dominio del aliento…relató SRF en sus cartas desde la India.

Recibió también un nuevo nombre: Chandra Bala, fuerza (Baala) o joven (Bala) lunar (Chandra). Dos ligeras piezas de algodón rojo azafrán hicieron la guerrúa para cubrir su cuerpo y en la lotha con la que le honró el Gurú, una vez al día recibió los alimentos ofrecidos durante su estado de renuncia. Los dos objetos, junto a sus sandalias, permanecen aún en el recinto del templo fundado por el Yoghi en Sudamérica. Peregrino por los sitios sagrados, no permaneció más de dos días en ninguno. Se dirigió al primero de los Tirtha, lugar santo por servir como “pasaje” que nos pone en contacto con la luz: un vado del río donde contempló al Yaksha, bajo la forma de Naga, custodiando el santuario.

Así volvió a entrar en la historia “El Fin de los Vedas” (Vedanta) de Shankaracharya que, en el siglo VIII y siguiendo una tradición inmemorial, emanó cuatro discípulos (Padmapada, Vartikakara, Hasthamalaka y Trotaka) uno de los cuales encarnó el Linaje GIRI que transmitía el Diksha de este Maestro en el Secreto de los Upanishads.

“Si yo quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿qué a ti? Sígueme tú” (Juan, 21, 22). Dijo el Rabí a Pedro, frente a Juan y seguido por Santiago…Misión Johánnica, permanencia que siempre se actualiza, de donde aprendió Adi Shankara, Shiva Originario y Primordial…

Siempre viva, como el Señor del Tiempo, esta familia espiritual persistió sin entrar jamás en el pasado. Presente eterno, como en la mística del Cristo o el Imamato Shiita, sin celebración y sin nostalgia, se transmitió en línea directa por Identificación de cada poeta transmutado por el Verbo viviente en Jivan mukta.

Cruzó los siglos a través de una larga sucesión de siddhas y, por lo que respecta a nuestro Sabio “Swami French” como lo llamaron en la Arya Shanga de Jaffna y de Colombo, Gauri Bala -el heterodoxo Swami Alemán a quien Patrick Harrigan vio usar las “mortaminas” del brandy- llegó a Ceylán para actualizar, una vez más, a 1.200 años de distancia, al cuarto elemento de un linaje y proyectar hacia el futuro un Ternario del cual él mismo, trasmutado, pasaba a formar parte: Gauri Bala (Peter Schoenfelt), Chandra Bala (Serge Raynaud de la Ferriére) y Kali Bala (Roger Simetys), tres Sanyasines iniciados por los Sabios Navaratman-Yogaswami, como versión hindú de los Poetas de la Transmisión graálica: Wolfram von Eschenbach (1170-1220), el autor alemán del Parzifal, Cretién de Troyes (1135-1190) con Li Conte Du Graal en la Provenza y Robert de Borón (siglo XII) que difundió en Inglaterra la historia de la Copa Santa, llevada junto al cayado de José de Arimatea, a la Abadía de Glastonbury, al sur de la Isla.

Una versión más cercana se encuentra en la tríada Byron, Shilley y Keats, presente al final del capítulo sobre Literatura, relacionado con el elemento Tierra en el Arte en la Nueva Era…
Se hace presente así la triple Causa, después de haberse manifestado el efecto cuaternario…en la eterna repetición de una operación tradicional.

- Peregrino, el Sanyasin mostró el medio para trascender la duración y detener el tiempo, uniendo en su Asana de seis luces, el Cuerpo y el Espíritu a planetas, elementos de la alquimia, letras y tiempos. Formó un cuerpo de luz.

Cumplido el tiempo (1962), su Instrucción emanó cuatro Yo-Mismo y el Águila-Oppiucchus continuó la Obra, despertando al Linaje que transmitió la Diksha…en eterno retorno de Lo Mismo.

Sempiterna transmisión del Verbo que siempre encuentra una Gran Voz “allanando el camino” en el desierto. Tradición reservada en el Canto del Señor que iluminó a Shankara al contemplar las dieciocho vías al Samadhi. Transmisión del Mahavakyas Tamil (Maha=grande, vakya=verbo) en cuya lengua escribió el Sabio Chellapa a la gloria de Kadai:

Eppavô mudinta kariyam (El Todo es perfecto y completo)

Desatados de toda obligación, Chandra Bala y Gauri Bala –Niño de la Resplandeciente Diosa- volaron de Ceylan hasta Madrás, desde donde el Sabio escribió a sus discípulos venezolanos: “Ud. no puede saber como aquí es muy poco una Iniciación. Dos palabras, las manos conjuntas, la mirada en los ojos, un minuto de silencio y es toda una vida nueva”.

Luna Nueva de 1950. Varios días en tren y llegó al norte de la India donde la Fiesta se celebraría durante una semana: “Yoghis, Sadhús, Sanyassines y millones de peregrinos acuden a bañarse en las aguas del río sagrado…” ( SRF, PP 1, 1956). Vestido con la Guerrúa presenció el inicio del festejo el 13 de Abril, en las riveras de la antigua Kaci visitada por Daniel, el cuarto Gran Profeta, y cubierta de Ashrams, Benarés de Gautama y Varanasi actual, tomó ritualmente el baño que atraviesa el océano de las existencias y libera para siempre de los renacimientos “Gate Gate Paragate …” El 20 de Abril llegó a Rudprayag, (actual Allahabad) donde se unen el Ganges y el Yamouna con el río subterráneo Sarasvati, formando el Triveni que en el hombre se encuentra en Agna Chakra.

“Es en esta región que la hija del Sol, purificadora del mundo, la Yamuna, célebre en los tres mundos, se une a la Ganga…No hay nada más santo en los tres mundos: Prayaga es superior a todos los otros Tirtha” Mahabharata, Aranyaka parvan LXXXV 70 y 74. (Cit. En Sources Orientales. Les pélerinages. Ed. Du Seuil,1960) Y siguió su camino al “asalto del Himalaya” ingresando por la difícil ruta occidental.

Encontró al Swamiji Sivananda en su Kutir de Rishikesh y en Agestamuni, tras los picos nevados, vio ponerse el sol.

Ap hamko sikha sake hain? -Me puedes enseñar?, preguntó la niña de Srinagar que vio a Krishna, su Señor, en él.

Kuda ka skukr tum bahut achchha hai -Estás bien así, Dios te bendice…

Pasó por Kedarnath y Badrinath, dedicados a Shiva y a Vishnú, ojos que miran la Casa de las Nieves antes de cruzar los puertos de montaña y el pueblo de Manas que contempla al Santo Kailash, en el Transhimalaya. Meru y Sinaí, Tabor y Gólgota, Cerro de la Plata y Huayna Picchu, Cerro de Tres Puntas, todos en el “seno del Fluido universal…” Realizó el Parikrama hasta el Valle de la Luna Azul, en la ladera norte de la montaña santa, donde desciende Buddha con su nuevo mensaje para el mundo, el Plenilunio de Mayo en el Wezac.

Rodeó el lago de Manasarovar, y vio al elefante, al águila, el caballo y el león, dando origen al Sutlej, Indus, Ganges y Bhamaputra. Descendió hacia el monasterio de Tarchen. Primero de Mayo de 1950. Savikalpa Samadhi en el las cuevas del Chan-Tang.

Oru pollappum illai (El error no existe)

Ceylán tiene a Quito como antípoda en el Nuevo Mundo, a 0°14’ de latitud sur y 78° 32’ de longitud occidental, donde nuevos-viejos peregrinos, en la ciudad Mitad del Mundo del Paralelo O°, iniciaron el primer Kumbha Mela americano en 1974, frente a las dos montañas que formando una M evocan a Shamballa.

No olvidar que se trata de algo oriental o mejor todavía de algo típicamente hinduista (…) estos Mela (reuniones Magna) (meeting acuariano) podría ser celebrado en su nuevo aspecto occidental, o sea en el opuesto geográfico, es decir pasar de nuevo de los Himalayas hasta los Andes, como ya pasó, hace 25.920 años de los puntos epicéntricos del Sur, hasta el epicentro magnético del Norte. En consecuencia si 1962 indica la comprensión de tal ceremonia sagrada, son todavía esotéricas y negativas (aunque entendido iniciáticamente para los “Maestros” de Sabiduría) o en otras palabras “simbólicas” hasta que en la próxima gran reunión serán positivas y materializada en los Andes, manifestación del regreso del punto magnético-espiritual de Norte a Sur (como lo fue anteriormente de Sur a Norte). Es cierto que hay fechas simbólicas y fechas exactas según los cálculos astrológicos…” Escribió el Sabio al Discípulo en 1962, respondiendo a la propuesta de iniciar un peregrinaje espiritual en América del Sur, después de haber asistido él mismo entre 40 millones de peregrinos, en Haridwar, “como bañista de primera categoría”, al Kumbha Mela hindú de 1950.

En Sudamérica el peregrinaje partió del Medium Mundi, Latitud 0° y meridiano 78° Oeste, a pocos kilómetros de la corriente subterránea que nace del volcán Pichincha, avanza bajo la antigua Villa de San Francisco de Quito y alimenta ocultamente la fuente fuera del templo, en el centro de la plaza, similar al Maghrit (río oculto, arroyo matriz y subterráneo) reconocido por los árabes en el Escorial. Hoy pasa bajo el actual Paseo de la Castellana, dando su nombre a la capital de España, Majerit o Mayrith, fundada por el Emir Mohammad Ibn Abdal Rahman ( Mohammed, hijo del Servidor del Misericordioso) alineado a la Constelación del Polo, visible en el oso que come el fruto del madroño en el lado Norte de la Plaza de la Puerta del Sol y, cruzando el Paseo del Prado, en el Jardín de las Delicias del adamita Hyeronimus Bosch.

En Septiembre del ‘74 un numeroso grupo llegó al Valle Sagrado del Cuzco en Perú y un puñado que seguía al discípulo del Sabio, avanzó hasta el Doctor Sajama, cuya ortografía evoca al Kailash, en Bolivia. Cada 12 años grupos cada vez más nutridos cuyas “distintas” ideologías se unen en el sentido espiritual que dan a su desplazamiento, mantienen viva la esperanza de encontrar a Kumbha, el Cántaro, la Urna, el Cáliz de Aquarius y centro de todo el movimiento.

Como Ceylan en Ecuador, el Kailash (81°Este, 32° N) tiene su antípoda en las islas chilenas del mágico Archipiélago Juan Fernández (78°Oeste, 33° S) elevadas en medio de las aguas, como Las Islas Encantadas de Galápagos sobre el Paralelo 0°, desde el hundimiento del legendario continente Mu, en cuya lengua se expresó el Avatar de Piscis al final de la crucifixión. El peregrinaje en América se inicia en la Latitud O° y los meridianos occidentales 81° (Puntilla Santa Helena en la Península de Guayaquil) y 78°, que atraviesa Quito, Ingapirca, Lambayeque y el Océano Pacífico, sobre cuyas aguas avanza hacia el Sur, hasta el paralelo 33°, de la Isla Robinson Crusoe.

Eppavô mudinta kariyam (Es como es…)


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H.S.E ISAACUS NEWTON Eques Auratus /Qui, animi vi prope divina, / Planetarum Motus, Figuras,/Comentarum semitas, Oceanique Aestus. Sua facem praeferente /Primus demostravit:/Radiorum Lucis dissimilitudines,/ Colorumque inde nascentium propietates,(Qvas nemo anteavel suspicatus erat, pervestigavit./ Naturae, Antiqvitatis, S. Scripturae…

Reza el epitafio sobre la tumba del gran matemático y físico, escrito por sus amigos bajo la efigie de la musa Urantia, en la Abadía de Westminster, donde corona a sus reyes Inglaterra y han sido sepultados varios de ellos. Entre reyes de Escocia y de la Verde Erín de los Poetas, Newton reposa cerca de Chaucer, Milton, Dickens, Kipling, Wilde, Haendel, Elgar, Darwin, Rutherford o Kelvin…

“Aquí descansa Sir ISAAC NEWTON, Caballero/ que con fuerza mental casi divina/ fue el primero en demostrar/ con su resplandeciente matemática/ los movimientos y figuras planetarias/ los senderos de cometas, el flujo y reflujo del Océano/ Investigó cuidadosamente /diferentes refracciones de los rayos luminosos y las propiedades de colores que originan…” 

Y continúa:

Sedulos, sagax, fidus interpres/ Dei O.M. Majestatem Philosophia asseruit, /Evangelij Simplicitatem Moribus expressit. /Sibi gratulentur dMortales,/ Tale tatumque ex stitisse /HUMANI GENERIS DECUS. /NAT. XXV DEC.AD.D. MDCXLII. OBIT. XX. MAR. MDCXXVI

“Intérprete laborioso, sagaz y fiel de la Naturaleza, la Antigüedad y la Santa Escritura, defendió en su Filosofía la Majestad del Todopoderoso y manifestó en su conducta la sencillez del Evangelio. DAD LAS GRACIAS, MORTALES, AL QUE HA EXISTIDO ASÍ, Y TAN GRANDEMENTE COMO ADORNO DE LA RAZA HUMANA. NACIÓ EL 25 DICIEMBRE DE 1642, FALLECIÓ EL 20 DE MARZO DE 1727”

A lo que su contemporáneo A. Pope (s. XVIII) agregó:

Natura and Natures laws lay hid in night,
God said, Let Newton be! And all was light.

“La Naturaleza y sus leyes permanecían ocultas en la noche. Dios dijo: ‘Sea Newton!’ y todo fue luz…” (ciencianet.com/epitafios.html)

Aunque difícilmente el poeta podía conocer el alcance que en el científico tuvo el “interpretar laboriosa, sagaz y fielmente la Naturaleza, la Antigüedad y la Santa Escritura”, pues la mayoría de sus trabajos tanto en Alquimia y en la historia del Cristianismo orientada a una ciencia profética que buscaba la fecha en la que ocurriría la Segunda Venida de Cristo, permanecieron inéditos durante más de 200 años, junto a las cartas que envió al filósofo John Locke (1690) con un esquema que relacionaba el significado de la apertura de los siete Sellos y el sonido de las trompetas al inicio del Apocalipsis de Juan, con los eventos descritos en las cartas a las Siete Iglesias, la sucesión de siete emperadores romanos entre Vespasiano y Theodosius y siete períodos de evolución histórica del Cristianismo desplegados en la historia.

Arrianista y partidario algunas doctrinas esotéricas que la iglesia de Roma rechazaba, Newton estudió en griego y latín el Antiguo y Nuevo testamentos. Concluyó en un sistema de claves numéricas de contenido simbólico, atendiendo especialmente al significado de números como 4, 7, 10 o 12, que extrajo del análisis de la estructura temática de varios de los libros que forman el Canon hebreo, relacionando las profecías del Apocalipsis con las que aparecen en el Libro de Daniel, particularmente en el capítulo XII. El método, que tiene antecedentes en la Qabbalah hebrea, le permitió además cifrar los descubrimientos, en su Opticks, pues de haberlos expuesto abiertamente habrían traído para él consecuencias nefastas.

Interesado sobre todo en el aspecto profético, leyó los textos desde la analogía. Tomamos la cita que Sánchez Ron hace de Observations upon the Prophecies of Holy Writ particularly the Profecies of Daniel and the Apocalypse of St John, en la edición crítica y estudio filológico de El Templo de Salomón de Isaac Newton, realizada por Ciriaca Morano (Ed. Debate 1995). “Para entender las profecías debemos, en primer lugar, familiarizarnos con el lenguaje figurativo de los profetas. Este lenguaje ha sido tomado de la analogía entre el mundo natural y el imperio del reino considerado como un mundo político”. Y escribió: “In the heavens, the Sun and Moon are, by interpreters of dreams, put for the persons of kings and Queens. But in sacred prophecy, which regards not single persons, the Sun is put for the whole species and race of kings, in the kingdom or kingdoms of the world politic, shining with real power and glory; the Moon for the body of common people, considered as the king’s wife; the Stars for subordinate princes and great men, or for bishops and rulers of the people of God, when the Sun is Christ; Light for the glory, truth and the knowledge, wherewith great and good men shined ilumnated others; Darkness for obscurity of condition, and for error, blindness, and ignorance…” ( Templo de Salomón, Introducción, XVI)

Con esto, Newton habría fijado en 1948 la fecha para la Segunda Venida de Cristo, agregando al año 609 -en el cual sus cálculos sitúan la Gran Tribulación dentro del siglo VII analizado- los 1335 “días” que constan en el último capítulo del libro de Daniel… Como se distingue en la tabla que reúne en un solo esquema sus análisis de la profética del Libro de Juan, el Cuarto Evangelista, con la del Libro de Daniel, el Cuarto de los Profetas Mayores del Antiguo Testamento, en The Expanding force in Newton’s Cosmos (1981, pp 50 y ss) compuesto por D. Castillejo, el primero en abordar, con el perdido Notebook donde el físico registró sus experimentos en búsqueda de la transmutación, los textos alquímicos de los MSS de Newton legados al King’s College de Cambridge por Lord Keynes, quien consideraba a Newton “el último mago” porque “contemplaba el Universo y todo lo que en él se contiene como un enigma, como un secreto que podía leerse aplicando el pensamiento puro a cierta evidencia, a ciertos indicios místicos que Dios había diseminado por el mundo para permitir una especie de búsqueda del tesoro filosófico a la hermandad esotérica”

Castillejo, quien en 1969 catalogó los Yahuda Newton MSS para la Biblioteca Nacional Judía de la Universidad Hebrea de Jerusalén que guarda, junto a los de Newton, los manuscritos de Albert Einstein, en el monte Scopus, reconstituyó el sistema que usó Newton para estudiar la historia de la iglesia desde la profecía, como se puede investigar gracias a The Newton Project, en los textos del Untitled treatise on Revelation, el Revelation, Solomon’s Temple and Church history, los Theologycal Notes o The synchronisms of the three parts of the prophetick interpretation, Notes on Prophecies, Treatise on Revelation, Teatrise on Church history, Exposition of 2 Kings y otros, que el científico escribió entre 1665 y 1710…

Durante los dos últimos siglos, según nuestro investigador, la ciencia ha evitado el estudio de estos manuscritos bajo la errónea consideración de que existirían dos Newton, el joven, convertido a los 26 años en el científico más brillante de la historia humana, y otro, el viejo que en sus 50s y como “prueba” de su desviación escribió miles de páginas dedicadas al análisis profundo de ciencias sagradas como la Alquimia y los estudios con “valor profético”. Pero la investigación demuestra que cuando su edad alcanzó el valor guamétrico de las letras del Nombre Divino de los hebreos: Iod(10) + He(5) + Vau(6) + He(5) = 26, Newton inicia sus experimentos alquímicos, compra retortas y un horno, a la vez que estudia activamente a los grandes autores del Arte Real que no abandona nunca.

Interrumpe sus investigaciones en la profética del Libro de Daniel, para escribir entre 1684 y 1686 la obra científica más influyente de Occidente: Los Principios Matemáticos de Filosofía natural, sin abandonar la activa experimentación alquímica que se demostraría incluso por el hallazgo de altos contenidos de mercurio en su cabello y los cambios de conducta hacia 1690.
El Profesor Castillejo, historiador graduado en el King’s College de Cambridge que estudió los MSS por 30 años, nos hace notar en los 4 volúmenes que reúnen sus trabajos, que Newton se ocupa de la investigación de dos de las fuerzas fundamentales que constituyen el universo: la fuerza de contracción gravitatoria, y la fuerza de expansión manifestada en la luz, el crecimiento biológico y… el perfeccionamiento espiritual, a cuya investigación dedicó más páginas que las consagradas a la ciencia.

Cumplidos los 22 años, número de letras del alfabeto hebreo que constan en el Salmo 119 y cierra un ciclo, Newton había completado en Cambridge donde aún existe un manzano en el jardín de su casa, los principales descubrimientos en relación con la Gravitación Universal, fuerza en contracción y “Atractivo” (El Arqueómetro, Saint Ives D’Alveydre, 1910) asociado al Nahash hebreo (N:Nun 36, Hh:Heth 12, Sh:Shin 180 = 228) que aparece en el Sepher Baereschit de Moisés, o Génesis (3,1) simbolizado por una Serpiente, aunque significa bronce y ardor, pasión por el conocimiento….

Su estudio de la naturaleza estaba en relación con la comprensión de los principios que la sustentan y cifró los hallazgos alquímicos y mágicos, “apenas bajo la superficie” en la estructura de su Óptica. Después de todo, la Luz o fuerza en expansión, como el Ionah Hebreo (Iod, Nun, He) cuyo emblema es una Paloma y crea el nombre y la función Johan (Juan), era el tema de esta ciencia.

En 1665, año clave, formaliza las leyes de la atracción gravitatoria, que no expuso por temor a un plagio, hasta la publicación de los Principios Matemáticos de Filosofía Natural. En ese mismo año e independientemente de Leibniz, descubre los principios del cálculo diferencial e integral e inicia sus investigaciones en la naturaleza de la luz.

Por otra parte, el artículo que aparece en es.wikipedia.org/wiki/Isaac_Newton afirma que fue la obra Micrographia, escrita en 1665 por Robert Hook, (Secretario de la Royal Society nacida del Ludibrium Rosacruz), donde el microscopista consignaba sus observaciones, la que junto a dos cartas que envió a Newton, lo habrían inclinado a analizar el movimiento de los planetas, que Huygens y Descartes veían como resultado de una fuerza centrífuga, más bien “componiendo los movimientos celestes de los planetas a partir de un movimiento rectilíneo a lo largo de la tangente y un movimiento atractivo hacia el cuerpo central (el Sol)…” Años después, Newton, para quien las polémicas tenían un atractivo nada escaso, negó haber conocido estas vías de estudio abiertas por el secretario…Sin embargo, el acceso a la obra alquímica de Hook no le era difícil, gracias a su filiación Rosacruz, visible incluso cuando -según el mismo artículo- firmaba sus escritos como Jehova Sanctus Unus (Jehová único santo) “ocultando así su arrianismo anti-trinitario en este anagrama de su nombre en latín: Isaacus Neuutonus”. Una edición original del Manifiesto rosacruz Fama Fraternitatis mencionado antes, compuesto Johan Valentín Andreas bajo el seudónimo de Kristian Rosenkreuz, tiene notas de puño y letra del gran físico…

La cifra del año clave se revela en la descomposición de 666, cuyos números 1, 5, 6 , 6 se reordenan (Themoura, uno de los métodos que opera con las letras en la Kábala hebrea) para obtener 1665. En esa fecha se le revela a Newton – ya que ese es el significado de 666 y por eso es “número de sabiduría” para “el que tiene entendimiento” en el Libro de La Revelación, o Apocalipsis 13,18- la clave matemática y temporal que hace visible a la naturaleza, explicada nuevamente por el Mathema, la ciencia por antonomasia entre los pitagóricos. No hay pruebas de que el científico hubiera estado en contacto con el pensamiento del filósofo de Crotona, pero la tradición que comprendió Pitágoras es la misma que comprendió Isaac Newton.

Más allá del Mathema que describe al cosmos, se encuentra la Mathesis a través de la cual el buscador se hace uno con el resultado científico de sus investigaciones, en el proceso de identificación.

Por otra parte, pueden asociarse la Atracción y la Gravitación con la Condensación alquímica, al número de la Revelación (666) y también al mundo intermedio, con las operaciones que hacen “circular” la Luz, en lengua hebrea: Aor con un valor de 132 (A:Aleph 3, O:Vau 9 y R:Resh 120) cifra de la Expansión, la Luz y la Disolución alquímica. La suma de sus permutaciones en ambas direcciones (132+321+213 o 231+312+123) es 666. La luz, 132 cuando recibe el Iod (Letra “i” hebrea, con valor de 18) constituye Avir: el verdadero Aether de los antiguos y también la multidimensionalidad de la información que da unidad y consistencia a todas las cosas…

Así pues Gravitación y Luz, expresan dos fuerzas presentes en el cosmos: contracción y expansión. Newton estaba seguro de que la naturaleza es simple y está organizada con equilibrio y simetría, como lo explicaba la Alquimia, de la cual era un gran Adepto.

En forma “natural” y luego de comprender los misterios de la Gravitación, abordó entre 1670 y 1672 las investigaciones que publicó bajo el extenso título de Óptica: o un Tratado de las Reflexiones, Refracciones, Inflexiones y Colores de la Luz.

Por otra parte 1665 se revela como el pasaje del Absoluto (166) a la Manifestación (500), al formarse con 166, valor de Ain Soph (A: Aleph 1, I: Iod 18, N: Nun 36 + S: Sameck 40, O: Vau 9 y Ph: Phe 60) Lo No- Manifestado, entrevisto en los infinitos de Cantor, o en la visión de Heidegger (“La Nada nunca es completamente nada…”) y 500, valor de Kether (K: Kaph 20, T:Taw 360 y R: Resh 120), la Sephirah que corona el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal que la iconografía cristiana ha simbolizado por un inocente manzano en el medium del Jardín del Edén.

En el necesario análisis de los términos a través de la Qabbalah de Israel, Árbol es Ötz en hebreo: (Ö: Ayin 45 y Tz: Tzadé 72) totaliza 117, es decir 27 y 72.

Donde 27, expandido a 207, designa un efecto colectivo –nuevamente Neptuno…- producto de Ha Aretz 203, La Tierra (H:He 8 + A:Aleph 3 + R: Resh 120 + Tz:Tzadé 72) más los 4 Elementos (Tierra, Agua, Fuergo y Aire), en realidad, seres, personas-funciones que se manifiestan en el tiempo de toda esta operación… Y 72 se refiere al Heptacontaduagrammaton, o nombre Divino de 72 letras que se forma al multiplicar por 3 los 24 puntos que constituyen el Tetragrama Sagrado Iod, He, Vau, He, mal traducido como Yehová.

Alam Al-Mithal de Ibn Arabi, e Imaginal de Corbin, analizados ya, forman el “medio”: Tuk en lengua Hebrea T:Taw 360, U:Vau 9 y Kaph 20= 389, cuyo Valor Secreto ( n x n +1 / 2) es 151710, que por una operación de Notárica: 1, 5+1, 1+7, 0 se convierte en 1680, año en el cual Newton compuso el Index Quimicus, su más completo y extenso trabajo sobre Alquimia. Mientras que en el huerto del Eden (Gen 2,9 y 3,3), comió Evah (la Inteligencia) el fruto (Pheri) en relación con el Pherat (Eúfrates), Cuarto río del paraíso y alimento único también para su compañero Ha Adamah (H:He8, A:Aleph 3, D:Daleth 6,M:Mem 30,H:He 8 = 55 ) del Génesis 2,7, (observar en este capítulo y versículo, de nuevo el número del “efecto colectivo”) El Hombre que en su Segunda Creación (pues la primera está en el Génesis 1,27) es un ser-colectividad, El-La-Humanidad del pensamiento hindú, alimentado por el fruto del árbol de la Ciencia del Bien y del Mal.

El mismo “fruto”, en hebreo Pheri (P:Phe 60, R:Resh 120, I:Iod 18) que alude a una vía específica de conocimiento que “abre los ojos” (Gen. 3,5 ) y se liga al número 56, año en el cual el Sabio dio inicio a la serie mensual de 36 Propósitos Psicológicos, donde bajo el Título “El misterio de los Números” escribió: “56, número estructural en química…Sindler declara que el mecanismo 56 (es decir, la oscilación entre dos estructuras) está en la base de un fenómeno de ferromagnetismo (orientación de la brújula)”, idea a la que debe aplicarse también una hermenéutica simbólica…

No hay duda de que Newton, como la pareja arquetípica ante el bíblico manzano, tenía interés en saborear-sapere-saber… el fruto del árbol del Conocimiento de la Ciencia del Bien (luz, expansión) y del Mal (gravitación, contracción) “codiciable para alcanzar la sabiduría” en el Génesis, y siempre 3,6. Tanto en el Libro como ante el árbol de Cambridge, aquella codicia, es Pasión de Saber, ardor y sed de conocimiento, de luz para ver. Ese es el fruto cuya “caída” revela a Newton la primera parte del conocimiento al comprender la naturaleza de la gravitación, cuarta interacción que compone el cosmos, tanto como su desnudez a la mujer y el hombre que lo comen en Gan bi Eden, el Jardín del Eden, que también caen… inducidos a Saber por Nahash, bronce y ardor, en lengua hebrea, ya que no hay ninguna serpiente en este término. Cobre y Estaño en la Alquimia; Venus y Júpiter en el Cielo, una relación que nuestro físico no podía ignorar…

También las referencias que esa Filosofía Científica que es la Qabbalah de Israel descubre en las cifras, muestra el significado de los años.

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(a + b)2 = a2 + 2ab + b2

- Es el conocido “binomio de Newton” que en un breve análisis de la información contenida en su resolución algebraica nos permite ver, más allá de su utilidad matemática, la formalización de las trilogías religiosas, como lo expresó Serge Raynaud de la Ferriére en su Sexto Mensaje, El Arte en la Nueva Era (1952).

a2 simboliza a Dios en su doble función. No-manifestado y Manifestado hebreos, entre los que no hay ninguna diferencia (a=a), como tampoco la hay entre la Naturaleza-Prakriti y el Espíritu- Purusha hindúes. Dos polaridades que el Zohar explica como Ariq Anphin y Zeir Anphin. La Creación, tanto en idea como manifestada; es la

VIDA,
en lugar de un Dios-Padre antropomorfo
que limita las concepciones sinceras”.

2ab que manifiesta lo Divino, como principio a la vez masculino y femenino (“a” y “b”). La matriz en la cual se propagará la humanidad espiritual y material. a: El Cristo, el Patriarca, el Esposo, el Hijo, el Mensajero, el Hombre y b: la Evolución que se expresa como la Virgen, la Madre, la Esposa, la Mujer. Simbolizan la

FORMA
como una emanación material de la esencia de Vida…

b2  el Espíritu Santo que existe por sí mismo y que por otro lado se manifiesta en la Humanidad, como idealización o Conciencia Colectiva donde realizar el misterio, es el estado del

PENSAMIENTO
 “…eternal, entendido como estado de Conciencia Universal

Si recurrimos a los valores que la Tradición Hebrea otorga a las dos primeras letras del Alefato a:Aleph=3 y b:Beth=4, donde Aleph simboliza al principio (causa) y Beth a su manifestación (efecto), las cifras que resuelven el binomio son 9 + 24 + 16= 49, el total de letras en el alfabeto Devanagari de la Lengua Sánscrita, con 33 consonantes ( 9 + 24) y 16 vocales, que, repitiendo una consonante en el sexto chakra, se distribuyen en los 50 pétalos de Muladhara (4), Svaddhisthana (6), Manipura (10), Anahata (12), Vicchudha (las 16 vocales) y Agna (2).


La contemplación de estas relaciones permite saber que las 33 consonantes Devanagari son, literalmente, la voz de  a2 ( Lo-No-Manifestado y Lo-Manifestado) y 2ab (El Cristo, el Hombre y la Virgen, la Mujer) que expresan con cinco clases de sonidos articulados al interrumpir el flujo del aliento exhalado, con distintas partes del aparato fonador: la garganta, el paladar, los dientes, los labios, etc.. (como los números discretos 1, 2, 3…n, o los quantums de energía, niveles de las órbitas atómicas o notas musicales…)


En tanto que las 16 vocales, que se emiten sólo variando la apertura de la boca sin interrumpir el flujo de aire, del aliento, del Prana y del Rouah hebreo, son en el hombre la manifestación sonora de b2 , el Pensamiento-Conciencia que realiza el misterio.

A su vez, en el evangelio de Juan, el discípulo del Callar inscrito en la Tradición hebrea cuyo símbolo es el Águila, el Capítulo 16 (asociado por la cifra al Chakra Vicchudha que tiene a todas las vocales en sus 16 pétalos) contiene 33 versículos (uno por cada consonante del alfabeto sánscrito). Capítulo y versículos suman 49, el total de pétalos-letras Sánscritas en los seis Chakras de la Tradición hindú.

Ninguno de estos términos corresponde a alguna reflexión abstracta o ejercicio teórico. En realidad son la descripción matemática, de un Paralelismo de la Tradición entre La Cultura Hebraica y la Escuela Sánscrita, de un mecanismo universal, en el cual dos términos aparentemente opuestos como dos polaridades, dos cifras, a y b, asociadas al tiempo (3) y al espacio (4), se conjugan de distintos modos, pero siempre siguiendo una ley matemática, para producir la realidad.

Summa iru (Ser, solamente)

(Continúa, Parte VI)